Page 108 - Arquitectos del engaño
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En 1.980, Gelli fue entrevistado por la prensa, donde destacó que, para él, la masonería en Italia era
como un gran teatro de marionetas. Admitió que él siempre había querido ser quien manejaba los hilos.
Aquello fue una violación terrible en contra de la política oficial de la masonería.
Los masones italianos estaban molestos. Se convocó un tribunal masónico a principios de 1.981 y a
Gelli se le echó de la masonería y la P2 se cerró. De ahora en adelante todas las acciones de Gelli serían
consideradas ilegales. La Grande Oriente dio permiso a la policía para examinar los asuntos de Gelli y la P2.
Antes de eso a él lo dejaban en paz bajo las alas de la Gran Logia.
La masonería italiana enviaría una señal clara al castigar a Gelli el 18 de marzo, el día en que el
último gran maestro de los Caballeros Templarios fue quemado en la hoguera. El 18 de marzo de 1.981 la
policía registró la villa Vanda de Gelli en Arezzo y encontró muchos documentos comprometedores. En la
caja fuerte de Gelli encontraron una lista con 962 miembros de la P2. Entre ellos había 19 jueces de alta
posición, cuatro ministros (entre ellos el ministro de industria Antonio Bisaglia), tres asistentes de ministros,
varios líderes industriales, diplomáticos, 195 oficiales militares de alto rango (30 generales, entre ellos
Giulio Grassini y ocho almirantes), jefes de policía, banqueros, periodistas y estrellas de TV, editores
(incluyendo a Franco libelli, editor del Corriere della Sera), 58 profesores universitarios, directores de tres
servicios de inteligencia y jefes de los diferentes partidos políticos (excepto los comunistas). Entre los
socialistas de Bettino Craxi 35 eran miembros de la P2. Al principio sólo se dieron a conocer estos 962
nombres.
En la casa de Arezzo, la policía también encontró 150 lingotes de oro con un peso total de 165 kilos.
El valor del oro era de unos 2 millones de dólares. Se encontraron en las enormes macetas que había en la
terraza frente a la casa, que antes ya había sido registrada 34 veces, pero no se había encontrado nada de
valor.
El 5 de mayo de 1.981, la policía registró la sede de la Grande Oriente de Italia de Roma, en la vía di
Pancrazio, 8, donde se incautaron el registro de miembros de la P2 y su correspondencia.
Después resultó que el número real de masones en la P2 eran tantos como 2.600, 422 de los cuales
eran trabajadores del servicio civil, aunque sus posiciones reales permanecieron desconocidas. Se reveló que
la P2 tenía estrechas conexiones con la Banca Nazionale di Livomo. Entre los miembros de la logia también
estaba Silvio Berlusconi, que estaba considerado el rey de la prensa italiana. Al principio negó ser miembro
de la P2, pero los registros muestran que se hizo miembro el 26 de enero de 1.978. Su número de socio era el
1.816, emitido bajo el código E.19.78. Fue recomendado como miembro por el líder socialista Bettino Craxi,
que volvió al poder el 4 de agosto de 1.983. El ministro de Finanzas de Craxi, el socialista Pietro Longo,
también era miembro de la P2 (Nº 2.223).
El 11 de mayo de 1.994, Silvio Berlusconi llegó a ser primer ministro de Italia, a pesar de una carrera
de escándalos y fraudes. Compró su villa de Ancona mediante el abogado Cesare Previti (más tarde
gratificado con el Ministerio de Defensa), que administraba la finca para una chica menor de edad cuyos
padres habían muerto en una tragedia. Berlusconi vivió allí durante diez años sin ni siquiera pagar los bajos
honorarios acordados ni el impuesto de bienes inmuebles (Giovanni Ruggeri, "Berlusconi gli Affari del
Presidente" / "Los negocios del presidente Berlusconi", Roma, 1.995). Berlusconi volvió a ser primer
ministro en mayo de 2.001.
En junio de 2.002, Berlusconi despidió a tres presentadores de noticias. Enzo Biagi, Michele Santoro
y Daniele Luttazzi eran algunos de los periodistas más populares de la TV Nacional italiana (RAI). Habían
expuesto algunas de sus actividades delictivas. Como un típico francmasón, Berlusconi negó toda
implicación en este nuevo escándalo.
Ahora volvamos a Gelli. El servicio de inteligencia francés, que está controlado por la Grand Orient
de Francia, impidió que la policía italiana arrestara a Gelli en marzo de 1.982, para que pudiera escapar a
Suiza (David Yallop, "En nombre de Dios", London, 1.985, p. 444). Fue detenido en ausencia, acusado de
espionaje industrial, militar y político. Fue considerado una amenaza para la seguridad nacional. Sin
embargo, la Interpol logró detenerlo en Ginebra el 13 de septiembre de 1.982, cuando intentaba retirar 120
millones de dólares de una cuenta bancaria secreta utilizando un pasaporte falso. La cuenta había sido
congelada a petición del gobierno italiano. Fue llevado en custodia a una de las prisiones de máxima
seguridad de Suiza. A Champ Dollon en los alrededores de Ginebra.
El 10 de agosto de 1.983, Gelli se escapó. Oficialmente se dijo que Gelli había pagado 12.000
francos suizos a un guardián de la prisión, Umberto Gerdana. Según el almirante Emilio Massera (P2), Gelli
tenía cinco pasaportes falsos a su disposición. Primero huyó a Argentina y posteriormente a Uruguay, un