Page 172 - Arquitectos del engaño
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Mediante  el  estudio  de  documentos  que  nos  habían  mantenido  ocultos,  podemos  descubrir  las
        circunstancias reales de la toma del poder de Hitler. También estamos informados de los nombres de las
        personas  encargadas  de  comenzar  la  Segunda  Guerra  Mundial.  Estos  señores  nunca  fueron  juzgados  en
        Nuremberg. Según Antony Sutton, el juicio de los crímenes de guerra de Nuremberg fue una farsa política,
        donde ni las atrocidades soviéticas ni los terribles crímenes de los aliados, durante y después de la guerra,
        nunca fueron mencionados.
               Los  líderes  nazis  fueron  acusados  de  crímenes  contra  la  paz  (por  instigar  la  guerra).  El  gobierno
        alemán fue visto como un conspirador contra la paz. Al contrario, los vencedores eran los poderes que había
        detrás de estos crímenes. Alemania estaba intentando evitar la guerra, ya que todavía no estaba preparada
        para ella, como lo demuestran las estadísticas descubiertas por el historiador de la guerra Viktor Suvorov en
        su libro "Suicide" (Moscú, 2.000).
               A partir de abril de 1.945, las fuerzas estadounidenses y francesas mataron a más de un millón de
        prisioneros de guerra alemanes. La mayoría fueron internados en campos estadounidenses. Eisenhower creó
        un reinado del terror nunca visto antes en la historia militar de los Estados Unidos. Fue un enorme crimen de
        guerra. Virtualmente eran campos de exterminio (James Bacqué, "Otras pérdidas", Toronto, 1.991).
               Existe  un  mito  engañoso  que  dice  que  los  capitalistas  alemanes,  dirigidos  por  Fritz  Thyssen,  el
        fabricante de motores de tren Ernst von Borsing y el magnate del carbón Emil Kirdorf de la zona del Ruhr
        proporcionaron  apoyo  financiero  a  Hitler.  Hasta  1.933,  Thyssen  no  había  pagado  más  de  2  millones  de
        marcos.  Se  trataba  de  una  cantidad  relativamente  pequeña.  Sólo  el  Partido  Comunista  Alemán  recibió
        decenas de millones de marcos de Moscú.
               Que  en  general  este  capitalismo  alemán  no  tenía  ninguna  conexión  con  el  Partido  Nazi  queda
        fácilmente  demostrado  mediante  el  estudio  de  los  documentos  que  había  en  los  archivos  de  las  grandes
        empresas.  El  Partido  Nazi  tenía  desde  el  principio  una  actitud  anticapitalista,  dirigida  en  contra  del
        capitalismo alemán. Cuando los nazis en noviembre de 1.932, trataron de hacer que los capitalistas alemanes
        firmaran una petición para el nombramiento de Hitler como Canciller, en realidad sólo la firmó uno de ellos
        - Fritz Thyssen, que de hecho era uno de sus partidarios.
               Franz von Papen estaba en manos de la élite financiera. La élite financiera alemana jugó un mínimo
        papel, como lo confirma el historiador norteamericano Henry Asby Turner Jr. en su magna obra "El gran
        negocio Alemán y el ascenso de Hitler" (Oxford, 1.987). Desafortunadamente Turner no dice nada del papel
        que las grandes empresas estadounidenses y la francmasonería jugaron en el ascenso de Hitler hasta lo más
        alto.
               Hitler recibió ayuda de unos pocos judíos capitalistas, cuyas empresas estaban radicadas en Alemania
        y estaban estrechamente ligadas a la francmasonería internacional, en particular la IG Farben y la familia
        Warburg , que actuaban como una fachada de los Rothschild. En 1.937, Max Warburg cambió el nombre de
        su banco de Warburg & Co., por el de Brinkman Bank, para camuflar el negocio. Herr Brinkman era un
        gentil que no quería atraer la atención.	   




        Las reuniones de Hitler con sus financiadores


               El  encuentro  entre  Hitler  y  "Sidney  Warburg"  tuvo  lugar  en  Múnich  en  junio  de  1.929  y  fue
        organizada  por  el  alcalde  de  Múnich  Deutzberg.  Hitler  exigió  100  millones  de  marcos  (24  millones  de
        dólares)  a  los  estadounidenses.  El  25  de  octubre  de  1.929,  se  organizó  otra  reunión,  que  incluía  a  los
        principales  banqueros  y  representantes  de  los  grandes  fondos.  Entre  los  participantes  estaba  Henry
        Deterding, el director de la Royal Dutch-Shell y masón de alto rango. Georg Bell, uno de los líderes de las
        SA, era su agente dentro del movimiento nazi. Las SA (Sturmabteilung) estaban formadas por los infames
        camisas-marrones. El símbolo de las SA constaba de grandes estrellas de cinco puntas. Los banqueros de
        Nueva York consideraron que la cantidad exigida por Hitler era demasiado grande y le dieron unos escasos
        10 millones de dólares. Este dinero fue trasladado al Banco Mendelsohn de Ámsterdam, controlado por los
        hermanos Warburg, que eran masones de alto rango y Illuminati. Formaban parte del Imperio financiero de
        Rothschild. Diez de los máximos dirigentes nazis tenían derecho a retirar el dinero a base de cheques en diez
        diferentes ciudades alemanas.
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