Page 240 - Arquitectos del engaño
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Los  paquetes  enviados  a  Kosovo  por  la  Cruz  Roja  sueca  y  que  aparentemente  contenían  "ayuda
        humanitaria", en realidad contenían uniformes de camuflaje, guantes, monos de combate y otras cosas para
        los terroristas del KLA (del diario sueco Aftonbladet, 1 de abril de 2.000). La Cruz Roja la fundó el masón
        Henri Dunant.
               Serbia  se  vio  obligada  a  negociar,  pero  los  terroristas  albaneses  no  depusieron  las  armas.
        Oficialmente,  el  objetivo  era  la  independencia  de  Kosovo.  El  presidente  Bill  Clinton  tenía  previsto  el
        bombardeo de Serbia ya en agosto de 1.998. El grupo Bilderberger celebró una reunión en Portugal el 3-6 de
        junio de 1.999, donde el tema de Kosovo fue discutido muy minuciosamente, según un comunicado de Carl
        Bildt en una reunión pública de Estocolmo, poco antes de las elecciones Europeas de 1.999.
               Rasgar  Kosovo  de  Serbia  hacía  servicio  a  los  intereses  de  la  élite  mundial.  Durante  la  Segunda
        Guerra Mundial, estos poderes ignoraron totalmente a las Repúblicas Bálticas. La británica controlada por
        los masones World Review en junio de 1.942 publicó una entrevista de Edward Hulton con el embajador
        británico  en  Moscú,  Sir  Richard  Stafford  Cripps.  El  masón  marxista  declaró:  "Las  Repúblicas  Bálticas  -
        Estonia, Lituania y Letonia - deben pertenecer a la Unión Soviética. Durante un largo periodo de tiempo han
        sido una parte inseparable del zarismo sin que nadie nunca pensara que fuera erróneo que pertenecieran a la
        Rusia zarista."
               Si realmente hubieran querido deshacerse del Presidente Milosevic, los masones habrían intentado
        eliminarlo. Pero tenían otros planes. Querían destruir la Serbia nacionalista.
               Según Kjell Magnusson, politólogo de la Universidad de Uppsala, el acuerdo de Paz de Rambouillet
        (con fecha del 23 de febrero de 1.999) fue una manipulación. Escribió: "El apéndice B estipula que Serbia no
        sólo debe retirarse de la provincia de Kosovo, sino que será puesta bajo control de la OTAN, pero Serbia
        cederá también la soberanía de todo su territorio".
               En  otras  palabras,  la  OTAN  quería  tener  bases  dentro  de  Serbia,  algo  que  Milosevic  no  podía
        permitir. Unos pocos fragmentos de este acuerdo:
               Sección 8: "El personal de la OTAN disfrutará, junto con sus vehículos, barcos, aviones y equipos,
        de libertad de paso y acceso sin restricciones a través de toda la República Federal de Yugoslavia incluyendo
        el espacio aéreo asociado y las aguas territoriales."
               Sección 11: "La OTAN se concede el uso de los aeropuertos, carreteras, vías de tren y puertos sin
        tener que pagar ningún tipo de derechos, deberes, cuotas, peajes o gastos ocasionados por el mero uso."
               Ningún  presidente  serbio  hubiera  firmado  el  Acuerdo  de  Paz  de  Rambouillet.  Era  un  acuerdo
        imposible.  La  Secretaria  de  Estado  de  EEUU  Madeleine  Albright  asumió  que  ni  Yugoslavia  ni  Rusia
        querrían firmar nada que contuviera estas demandas. Ya tenía el pretexto que necesitaba, que era la situación
        en blanco y negro que tuvo después.
               Ya el 23-25 de abril de 1.999, Tony Blair, Robin Cook y James Robertson habían querido impulsar la
        decisión  de  utilizar  las  fuerzas  terrestres  contra  Serbia.  Fracasaron.  El  Pentágono  ya  había  pedido  9.000
        condecoraciones del Corazón Púrpura a la Craco Industries de Texas (New York Post, 28 de mayo de 1.999).
               En  un  discurso  pronunciado  el  5  de  mayo  de  1.999  Romano  Prodi,  presidente  de  la  Comisión
        Europea, destacó que la UE debía tener su propia fuerza militar para su uso en este tipo de situaciones. En
        noviembre de 2.000, los medios de comunicación informaban que se quería establecer una fuerza Europea
        de más de 100.000 hombres en 2.003.
               La OTAN comenzó el bombardeo de Serbia el 24 de marzo de 1.999 (también una fecha simbólica:
        exactamente 66 años antes, el 24 de marzo de 1.933, los líderes judíos masones habían declarado la guerra a
        Alemania en el diario Daily Express y en otros periódicos del mundo), y continuaron hasta el 10 de junio. Se
        convirtió en un desastre inigualable. Murieron más de 20.000 civiles. De los aviones de la OTAN cayeron
        sobre Kosovo diez toneladas de bombas que conteniendo uranio, así como en otras ocho zonas de Serbia y
        Montenegro, según informó Radojko Pavlovic del Instituto de Ciencias Naturales de Belgrado.
               La OTAN negó las acusaciones en un primer momento. Pero la evidencia es clara: la OTAN utiliza
        municiones ilegales, residuos radiactivos (U 238). Esto constituye un crimen contra la humanidad. El primer
        ministro británico Tony Blair fue en parte responsable de este crimen de guerra.
               Seis  soldados  italianos,  que  habían  servido  en  las  fuerzas  de  la  KFOR  en  Kosovo,  murieron  de
        leucemia, según informes de prensa del 3 de enero de 2.001.
               Informes  posteriores  hablan  de  franceses,  españoles  y  otros  soldados  de  la  KFOR  que  también
        enfermaron  de  leucemia.  La  causa  se  sospecha  que  es  el  uranio  empobrecido,  que  se  ha  encontrado  en
        muchos lugares principalmente en Kosovo occidental.
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