Page 65 - Arquitectos del engaño
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utilizar el sistema de la Estricta Observancia, que había aprendido de la Orden del Temple en París en 1.742
(Pekka Ervast "Vapaamuurarein kadonnut sana" / "La palabra perdida de los masones", Helsinki, 1.965, p.
71). El Barón de Hunde era a la vez miembro de la Orden de la Observancia Absoluta en Escocia.
En este escudo de armas de los francmasones delante del Freemasons'Hall de Londres, son claramente
visibles dos ángeles masónicos con sus pezuñas.
EL POTENTE ÁMBITO FINANCIERO
Prestar dinero con interés fue condenado por los antiguos filósofos como Platón, Plutarco, Séneca y
Cicerón. El dinero para ellos eran algo muerto; una cosa muerta no te permite crecer. Aristóteles escribió en
su obra "Política" (Libro Primero, parte X): "La ganancia más odiada y con mayor razón, es la usura, que
obtiene un beneficio del dinero en sí y no de su objeto natural. El dinero estaba destinado a ser utilizado en
el intercambio, pero no para aumentar a base de interés... Porqué de todas las maneras de conseguir una gran
cantidad ésta es la más antinatural".
Hasta finales de la Edad Media a los cristianos les estaba prohibido cobrar intereses. Cobrar intereses
de un préstamo era el equivalente al asesinato y al robo. Más tarde, los que cobraban intereses eran tratados
como herejes.
Martin Luther dijo claramente: "¡Todos los usureros son ladrones y pertenecen a la horca!" Todos los
que prestaban dinero a una tasa de interés del 5 o el 6 por ciento eran considerados unos falsarios. Durante la
edad media sólo los judíos estaban autorizados a prestar dinero con interés. El Deuteronomio prohíbe a un
judío cobrar interés a su hermano. Pero el goy (no judío) no era su hermano. Y para los judíos extremistas el
saqueo no era desconocido.
Para garantizar el normal desarrollo económico el rey de Babilonia capturaba a los ladrones de Israel
que saqueaban y robaban a las caravanas en el desierto. Estos ladrones de caravanas vivían del trabajo y el
esfuerzo de los demás.
El filósofo esotérico sueco Henry T. Laurency resume el giro de los acontecimientos de la siguiente
manera en su gran obra "La piedra filosofal" ("De vises sten", Skovde, 1.995, p. 249):
"Los judíos eran una incivilizada tribu de pastores que en cierta medida vivían de los robos. Tenían
un Dios tribal Jahwe que anhelaba sacrificios de sangre y vigilaba celosamente que otros dioses no
recibieran ningún sacrificio. El exilio babilónico fue el primer contacto de los Israelitas con una filosofía