Page 182 - La importancia de las plantas medicinales
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Contribuciones de la biodiversidad
al bienestar humano y la autonomía
En el páramo Rabanal se considera que el parto es un momento en el que la
mujer y el bebé son más propensos al efecto nocivo del frío, por lo que no se
recomienda evitar el consumo de alimentos igualmente fríos, como las frutas, la
papa o la leche; por el contrario se insiste en la alimentación basada en sopas
calientes, hechas principalmente con maíz pintado, el cual se acos- tumbraba
tostar en cazuelas de barro y no en aluminio, pues este último puede ser dañino
por el frío que transmite. En los días alrededor del parto, se recomienda a la
mujer no bañarse con agua fría ni pisar descalza el piso, pues se dice que “con el
baño todo se cierra”, no deja “relajar el cuerpo” e impide “bajar lo que se
necesitara”. Cuando comienzan los dolores de parto, ha sido costumbre en el
páramo Rabanal, agilizarlos tomando dosis pequeñas y repetidas de la
decocción de flores de manzanilla, con una planta llamada frutilla y hojas de la
palma usada el domingo de ramos de semana santa. Recuerdan que las abuelas
del páramo Rabanal recibían los partos en cuclillas, sostenidas de una guasca
que pendía del techo; en épocas más recientes las mujeres eran atendidas por
parteras pero acostadas durante el parto, siempre ha sido costumbre cubrir la
mujer con cobijas para evitar la entrada de frío. Para una mujer es más
satisfactorio tener los partos en casa y con las atenciones tradicionales, pues en
los hospitales a veces les amarran de pies y manos, dejándolas además
descubiertas a la intemperie recibiendo el frío nocivo del ambiente. Cuidar a las
mujeres durante el parto del efecto del frío transmitido por el aire y el viento,
se considera una práctica indispensable para la adecuada atención de los
nacimientos por las parteras que existían en el páramo, pues el frío puede ser
causante de hemorragias de difícil tratamiento y retrasos en el proceso del
parto. Cuando las contracciones se hacían efectivas, la partera realizaba masajes
sobre el vientre de la madre para agilizar y orientar la dirección del nacimiento;
una vez nacía el bebé se le secaba la cara y el cuerpo, se le movía y estimulaba