Page 79 - La importancia de las plantas medicinales
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Contribuciones de la biodiversidad
             al bienestar humano y la autonomía


             suspender las actividades productivas, pues de lo contrario las personas
            pueden enfermar. Las “armas” empleadas por estos dueños sobrenaturales
            para advertir sobre la destrucción de la natu- raleza son mané u hormiga
            conga, yaje pu wana o conguilla, jeintana o arañas, aj kurú o gusano ciempiés,

            ipijí o alacrán y majaji o majiña; como también pichaní o truenos y jechuti o
            tijaka o rayos que producen enfermedad. De igual forma, las frutas
            contaminadas de mala energía tam- bién son “armas” de estos dueños
            sobrenaturales, con las que transmiten afecciones al ser hu- mano; estas malas

            energías son advertidas por la presencia de avispas y otros insectos alrededor
            de los frutos. En la tradición upichía (matapí) ha sido costumbre pedir permiso
            al lawichu´ra´aru para cazar en kapiná, este especialista se comunica con los
            dueños que protegen estas zonas, pudiendo autorizar máximo dos presas por
            persona; si no se consulta al lawichu´ra´aru, solo se puede cazar un animal,

            pues de lo contrario se producen enfermedades. Al transitar por kapiná los
            upichía (matapí) evitan ser ruidosos, no hacen cortes con machete y
            acostumbran cruzar por allí rápidamente; pues de no ser así, los dueños que
            habitan en éstas áreas pueden causar pro- blemas de salud. Para evitar

            adquirir enfermedades al caminar por kapiná, los upichía (matapí) reciben una
            protección del lawichu´ra´aru llamada luyari; también se aplican la pintura
            vegetal lana, que es de color negro, y se hacen baños de protección con otras
            plantas. En kapiná el iwa kajiwa o paludismo causado por zancudos es

            condicionado por la época, en agosto no se puede consumir mahuiru o piña,
            kana o caña de azúcar, jimá o caimo; ni tampoco es aconsejable ba- ñarse en
            los caños y menos estando acalorado. En junio, julio y agosto se evita llevar a
            niños y niñas a kapiná, y más aún si el día no está despejado, porque en estos

            momentos los dueños que habitan en kapiná pueden provocar a los infantes
            lanaji takajo o enfermedades mentales, yarí pokajó o brotes en la piel, juilaruji
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