Page 232 - Velasco y la independencia nacional
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VELASCO Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL • La RevoLución continúa
opuesto a la sociedad andina que garantizaba a la población salud, tierra, trabajo, alimentación. Era consciente de que la civilización andina que legaron sus ancestros era destruida sistemáticamente, extirpando creencias, principios, valores y patrimonio. Hasta el quechua se prohibió para quebrar las redes de comunicación horizontal.
Una sociedad organizada para la seguridad alimentaria y el bienestar universal era convertida en su antítesis: dedi- cada a robar la felicidad de los indígenas, sus sueños y los minerales en beneficio de un grupo de poder. La prioridad agrícola y alimentaria del incario fue trastocada para priori- zar el saqueo de los metales preciosos. En 150 años robaron 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata, según el registró del Archivo de Indias, destruyendo de paso la na- turaleza, que en danza depredadora sigue en la actualidad.
Las mejores tierras que laboraban los ayllus del incario fueron a parar a manos de los encomenderos, y más tarde a los grandes hacendados y latifundistas, régimen de propie- dad que duró hasta que Velasco Alvarado en 1969 realizó la reforma agraria expropiando la tierra a los expropiadores.
El potente grito de Túpac Amaru recorrió los andes desde Chile hasta Colombia asustando a los invasores. Para orgu- llo nuestro, fue el primer integracionista de América.
La independencia del Perú, bajo la batuta de los criollos (españoles de corazón y mente), lo ignoró rotundamente, y el país no cambió sustancialmente. El sistema poscolonial si- guió casi igual en el campo. Quizá con menos terror, pero con más corrupción y explotación. De igual manera la inde- pendencia ignoró la cosmovisión andina que forjó la civili- zación inca y daba cohesión a su población. Fue con Velasco que Túpac Amaru volvió a reingresar en la historia del país.
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