Page 276 - Velasco y la independencia nacional

VELASCO Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL • La RevoLución continúa
La primera dificultad por vencer, al elaborar una consti- tución escrita, es la de entender correctamente el contexto de valores culturales al que debe responder el texto, lo que no siempre es fácil de hacer, sobre todo cuando se mira el país con la ilustración conseguida en otras realidades. El pensa- miento ilustrado suele andar con rienda suelta y en las socie- dades que fueron colonias subsiste la tendencia a introducir las novedades jurídicas que brillan en las metrópolis de otros países con afán de esnobismo, en la creencia de que acá fun- cionarán del mismo modo.
De esta inercia está envuelta la historia constitucional del país y la prueba más evidente quizás sea la cantidad de do- cumentos constitucionales que se han escrito desde la funda- ción de la república, con 15 constituciones escritas y otros 42 documentos que se llaman constitucionales2. Luego de esa cantidad de documentos, de doscientos años de filosofías políticas repetidas en nombre del universalismo europeo, de trasplantes de grandes doctrinas jurídicas refinadas, de dogmáticas aprendidas minuciosamente en salones de alta especialización extranjera, o de frondosas discusiones ana- líticas que saturan las páginas académicas, tendría que ser evidente para todos que la importación de instituciones no ha funcionado como se esperaba, aunque por ahora esto no parece ser evidente para todos.
La dificultad mayor del derecho introducido con la Repú- blica es que jamás logró entroncar con la historia ni las tradi- ciones del Perú descendiente de las comunidades ancestrales cuyos logros culturales fueron absolutamente subestimados. La república nació con una Constitución que miraba al futu- ro, pero escrita sobre los supuestos culturales de las socieda- des europeas. No fue el resultado de un entendimiento cons- titucional que recogiera la historia, la cultura y los intereses
2 Domingo García Belaunde, Las Constituciones del Perú, 2da edición, Lima 2005. — 276 —