Page 29 - Velasco y la independencia nacional
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La Suerte de la Revolución • Augusto Zimmermann Zavala
tado en los despachos de guerra, marina y aeronáutica, respec- tivamente”.
El “Plan Inca” se convirtió así en el compromiso de honor de la Fuerza Armada cuando los tres Comandantes Genera- les estamparon su firma en el Estatuto del Gobierno Revolu- cionario.
De manera que no iba a dejar la Revolución antes de empezarla. Comunicó a los oficiales del equipo que saldría muerto de Palacio antes de tolerar un golpe de Estado que la aniquilara.
A menos de cuatro meses de instalado en el poder, el Go- bierno Revolucionario soportaba su primera crisis interna. La Revolución no había empezado aún. Su página inicial, el rescate de Talara, fue corolario inevitable del acto final de la tragedia demoliberal cuando el techo se desplomó ante la fuerza del terremoto causado por el escándalo de la pági- na once. El Perú necesitaba un Comité de emergencia para curar sus heridas espirituales. Y ese Comité de emergencia llegó con el Gobierno de la Fuerza Armada. Naturalmente, el primer decreto tuvo que ser la recuperación del petróleo usurpado.
Las fuerzas de la I Región Militar tomaron posesión del complejo petrolero de Talara. Como país soberano y libre, el Perú reclamó el derecho de ser dueño de sus propias riquezas naturales. Pero los Estados Unidos, el país líder del norte, el “aliado” a quien tuvimos que venderle en la guerra nuestro cobre y nuestros minerales, para pagar nuestra cuo- ta a la guerra mundial contra el fascismo, se disgustó porque le expropiamos una de sus empresas y amenazó con aplicar el texto agresivo de la Enmienda Hickenlooper a menos que en el plazo de seis meses, que vencerían el 9 de abril, el Gobier- no de Lima pagase a la International Petroleum Company una indemnización en dólares.
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