Page 161 - Mitos y otros relatos de la Antigua Grecia
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en la legendaria guerra de Troya donde, según cuenta el poeta Homero en La Ilíada, lucharon a favor de Grecia, combatiendo bajo las órdenes directas del héroe Aquiles junto a su amigo Patroclo.
Dice la leyenda que descendían del rey Mirmidón de Ftíotide, quien a su vez provenía de Zeus, por lo que su ascendencia le confería un legado divino y una princesa llamada Eurimedusa, a la que para conquistarla el dios se transformó en una hormiga.
Otra versión de carácter mítico, ésta contada por el poeta Ovidio en “las meta- morfosis”, largo poema que narra la historia del mundo desde su creación hasta la deificación de Julio César y dice que cuando la isla de Egina situada en el golfo Sarónico se quedó despoblada tras una plaga, que había sido enviada por la diosa Hera (furiosa por la infidelidad de Zeus) y que la diezmó.
Reaccionó su rey Eaco, muy justo y piadoso, quien era el regente de la ciudad de Egina, rogándole a Zeus, padre de los dioses, que repoblara esa ciudad. El dios, respondiendo a las súplicas del monarca, convirtió a las hormigas que había dentro de un anciano roble en humanos a los que llamó mirmidones, repoblando así la desolada ciudad de Egina.
Más tarde los mirmidones lucharían (como ya dijimos) contra los troya- nos, en la guerra de Troya (siglo XII a.C.), acrecentando su reputación de guerreros valientes, donde Héctor mata a Patroclo que vestía la armadura de Aquiles, llevando consigo como trofeo de guerra a su armadura dentro de Troya. Entonces Aquiles que los comandaba (según cuenta Homero en la Ilíada) para vengar la muerte de su amigo y entre sollozos por su pérdida, rea- nudó la lucha y enfurecido mató a Héctor, príncipe heredero al trono de Troya y aún ávido de venganza, ató el cadáver de su víctima a su carro para arrastrarlo alrededor de la ciudad asediada.
Aquiles es uno de los guerreros más importantes de la mitología griega, pues tenía fuerza, valentía, habilidades militares, orgullo y honor, cualidades que los antiguos griegos consideraban grandes virtudes masculinas. Sin embargo, su comportamiento también estuvo marcado por la ira, la terquedad y la venganza.
No obstante, más tarde llegó Priamo padre de Héctor, a suplicarle al hijo del rey de los Mirmidones que le entregara el cadáver de su hijo para darle sepul- tura y Aquiles olvidando aquel odio, se lo entregó al viejo rey troyano con respeto y cortesía, ordenando además que se le rindieran los honores corres- pondientes a un guerrero valiente, que había sido comandante de las fuerzas de la ciudad de Troya.
Dr. Juan Carlos Miller |159|