Page 72 - Mitos y otros relatos de la Antigua Grecia
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  Faetón (la osadía de la jUventUd)
En la Antigua Grecia nació un joven llamado Faetón, hijo ilegítimo de Clímene y Helio (que era también conocido como Apolo), dios de la luz, la verdad y del sol.
El joven alardeaba con sus amigos de que su padre era el dios Sol, pero como los jóvenes se resistían a creerle y algunos lo agredían por ello (aprovechando que Faetón tampoco conocía hasta entonces a su padre) le pide a Clímene su madre que le dé una prueba de su linaje divino, por lo que ella se compadeció del joven y lo envía a ver al mismo Sol, para que sea él quien se lo confirme.
Faetón visita a Apolo (Helios) en su palacio, construido en la cima de las cum- bres más altas y el dios no sólo le confirma que era hijo de él y de Clímene sino que por ello le concedería cualquier deseo. El joven, muy satisfecho con ese ofrecimiento, le contestó que él querría realizar la travesía que el dios hacía todos los días conduciendo su carro de fuego, en el viaje del astro por el firma- mento, desde la aurora hasta el crepúsculo.
Pero Helio, luego de acceder se arrepintió de haberle hecho aquella promesa, por lo que advirtió al joven que ni Zeus, que domina el rayo y gobierna a los dioses, lo podría controlar. Faetón insistió ante su padre diciéndole que teniendo su sangre, él podría hacerlo. Finalmente Apolo accede apesadumbrado por haberse atado a la promesa realizada a su hijo, que era un simple mortal, llenándolo de precavidas directivas para que realice con éxito tan riesgosa y responsable tarea.
También le advirtió que condujese despacio, sin apurar a los caballos y que los mantuviera perfectamente alineados. Faetón subió al carro de fuego, mientras las diosas de las horas le acomodaban los áureos arneses. Así Faetón partió y los alados corceles lo llevaron hacia lo alto, perdiéndose en los cielos e iniciando el camino del nuevo día.
Pero el carro se movía demasiado y los caballos asustados hicieron que Faetón con su inexperiencia, perdiera el control. Entonces ocurrió que yendo muy alto, la tierra se enfrió demasiado, dejando amplias zonas bajo hielo...y tratando de corregir ese error bajó más de lo que debía, por lo que calcinó otras zonas in- mensas, quemando bosques y así (cuenta el mito), se formaron grandes desier- tos en África y además tostando a las gentes, les dió la tonalidad oscura de la piel que aún conservan...
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