Page 84 - Mitos y otros relatos de la Antigua Grecia
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Como Aracne no cambia su actitud, Atenea recupera su aspecto y la desafía, tejiendo un tapiz en el que muestra a los dioses castigando a los mortales que osaron enfrentarlos y uniendo la acción a la palabra decide castigar a la joven por su osadía, convirtiéndola en araña y condenándola por ello a tejer de por vida...
HERA, la reina de los dioses, que en griego significa heroína y que para los antiguos griegos fue parte del origen de la vía láctea, era hija de Crono y de Rea, siendo como sus hermanos al nacer víctima de la furia devoradora de su padre, quien pensaba que uno de sus vástagos lo destronaría. Diosa repre- sentativa de la castidad, fidelidad conyugal, del matrimonio y protectora de las mujeres, una de las diosas de la fecundidad, cuyo equivalente en la mitología romana era Juno (de ella proviene el nombre del mes) hermana y más tarde esposa de Zeus, lo que la consagró como reina de los dioses olímpicos.
Más tarde Hera fue elegida por Zeus como su legítima esposa, un papel que cumpliría con resig- nación pese a los múltiples amoríos del soberano de los dioses.
Por esos amoríos interminables de su esposo, Hera fue extremadamente celosa, violenta y vengativa... y aunque finalmente siempre perdonaba a su marido, dirigía sus ensañadas venganzas hacia las amantes y sus descendientes y también contra algunos mor- tales, como ocurrió con Pelias (monarca de Yolco con gran sed de poder, que envió a Jasón a buscar el vellocino de oro) y también vengándose de Paris por su participación como juez en aquella selección entre Atenea, Afrodita y ella misma.
Este episodio ocurrió en la boda de los padres del principal héroe de Troya Aquiles (hijo de la diosa Tetis, ninfa marina y el mortal Peleo, rey de los mirmidones). Allí apareció Eris (la discordia) quien, por no haber sido invitada a la ceremonia, arrojó entre las diosas una manzana, al tiempo que pronunciaba estas palabras...“es para la más bella”... esa fue “la manzana de la discordia...” pués, en aquel momento, sólo Hera, Atenea y Afrodita se disputaban ese cetro... y así se hizo el primer concurso de belleza del que se tenga noticia.
Zeus, esposo de la primera y padre de las otras dos, se excusó de opinar y envió a Hermes con las tres diosas a ver a París (príncipe troyano, hermano de
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