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•  La violencia familiar, sexual y contra las mujeres se documenta con estudios como las Encuestas Nacionales
                         sobre la Violencia contra las Mujeres (ENVIM), realizadas en los servicios de salud por la Secretaría de Salud, en
                         el 2003 y 2006, y las Encuestas Nacionales sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH),
                         2003 y 2006, del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
                         (INEGI).
                      •  Existen servicios especializados para atender esa problemática en todo el país y se apoya con recursos a los
                         refugios y centros de atención externa operados por organizaciones civiles y autoridades locales.
                      •  El Sistema de Protección Social en Salud ya ha cubierto la mayor parte de la población y se está aplicando en
                         todo el país, al igual que los programas sobre salud sexual y reproductiva, y violencia familiar y sexual.
                      •  Se aprobaron leyes y reglamentos que respaldan la incorporación de la perspectiva de género en la Administración
                         Pública Federal (APF), como la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación,  la Ley General para la
                                                                                                       iii
                                                         iv
                                                                                                                           v
                         Igualdad entre Mujeres y Hombres    y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida libre de Violencia  ,
                         entre otras. Asimismo, se actualizaron normas oficiales mexicanas (NOM) que establecen los lineamientos para
                         la planificación familiar, la atención y prevención de problemas de salud asociados a la peri y posmenopausia, al
                         cáncer cérvico uterino o mamario y a la violencia familiar y sexual, con enfoque de género.
                      •  El Inmujeres logró que en el Presupuesto de Egresos de la Federación se etiquetaran y supervisaran los recursos
                         asignados a programas de mujeres o con perspectiva de género. También se establecieron criterios para lograr
                         la certificación en género de las diversas áreas de la APF.


                   La situación, evidentemente, no es la misma que hace 10 años, y con probabilidad se seguirá transformando y
                   avanzando. El cambio integral requerido y la transversalización de la perspectiva de género no se han logrado en la
                   Secretaría de Salud y menos aún en las otras instituciones que conforman el Sistema Nacional de Salud, en los servicios,
                   la investigación y en la formación del personal de salud.


                   Existen proyectos pilotos, acciones aisladas, proyectos en curso, voluntades dispuestas, algunas resistencias vencidas
                   y personal sensibilizado en diferentes niveles. Por lo anterior, la tarea debe continuar, aunque ahora con más
                   herramientas y con un marco normativo más adecuado.


                   Las resistencias continúan y el personal y autoridades de salud cambian; por ello, será necesario seguir documentando,
                   analizando, descifrando y recordando a todas las personas involucradas, por qué esta mirada es necesaria, y cómo las
                   cifras en salud se pueden ver y explicar de manera distinta. La información disponible y la forma de analizarla son
                   determinantes en las decisiones que se toman para priorizar, ejecutar o evaluar cualquier acción o programa en salud.

                   Es necesario reiterar al personal resistente, indeciso o al de nuevo ingreso, que la integración de los enfoques de
                   género, intercultural y de derechos humanos no es un asunto superficial: es un tema de justicia social y requisito
                   indispensable para lograr mayor impacto en la salud de la población y responder a las necesidades diferenciadas de
                   hombres y mujeres. Se deben buscar, por otro lado, formas de institucionalizar todos lo esfuerzos, incluyendo la
                   publicación y difusión de Género y Salud en Cifras, para transitar de la adolescencia a la madurez del proyecto.

                   Aun cuando su distribución y difusión es limitada y no se ha podido medir su impacto, no conozco en la Secretaría de
                   Salud ni en instituciones afines otra publicación similar a ésta. Género y Salud en Cifras debe articular y establecer
                   alianzas con otras áreas, otras fuentes de información, publicaciones, organizaciones de profesionales, instituciones
                   académicas, universidades o sectores e incluso, fortalecer la utilización de los avances de la tecnología y la informática
                   para tener un impacto en todos los sectores interesados.






                   iii Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 11 de junio de 2003.
                   iv Diario Oficial de la Federación, 2 de junio de 2006.
                   v  Diario Oficial de la Federación, 1 de febrero de 2007.




                                                                                        9              Diez años de Género y Salud en Cifras
                                                                                                              ¿Para qué y para quién?






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