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Análisis de Resultados:
1. La violencia familiar se presentaba predominante- 6. La violencia sexual fue otro de los aspectos poco
mente en el grupo A, de mujeres que desarrollaron reconocidos por las mujeres entrevistadas, ya que
la complicación PEE, todas ellas se atendieron en consideraban como su obligación el que ellos las
terapia intensiva o intermedia, cuyo costo de aten- “usaran” sexualmente. Este tipo de violencia mostró
ción es mucho más elevado y el riesgo de morbilidad mayor diferencia numérica entre ambos grupos, el
y mortalidad también es mayor. grupo A tuvo una frecuencia cinco veces mayor
2. Entre los tipos de violencia indagados, se notó que que el B. En el grupo A 11 mujeres refirieron algún
las entrevistadas identificaban, en orden de impor- tipo de violencia sexual, cinco señalaron inclusive
tancia y presencia, la violencia física en primer lugar, haber sido violadas, además de tener relaciones se-
pero esto obedece a que los otros tres tipos de xuales sin deseos de hacerlo, o haberlo hecho obli-
violencia (psicológica, sexual y económica) en general gadas, frente a dos del grupo B, una de ellas violada.
no eran considerados por ellas como tales. Respecto a la violencia sexual se halló una resisten-
cia inicial de parte de las mujeres para poder hablar
3. Aun cuando la violencia física era la más identificada de este tema, y podría decir que fue más constante
por las mujeres de ambos grupos, resultó ser la en las mujeres que se encontraban en unión libre,
menos frecuente. En el grupo A hubo 12 reportes con respecto a las casadas o que vivían con su familia.
de violencia física frente a ocho del grupo B.
7. En el grupo A, 19 personas no indicaron violencia
4. La violencia psicológica se presentó con mayor alguna; otras 19, un solo tipo de violencia, siete per-
frecuencia en el grupo A, pero de acuerdo con las sonas dos tipos de violencia padecida, tres mujeres
respuestas de las mujeres, ellas no parecían percibir con tres tipos y dos con hasta cuatro tipos de vio-
algunas actitudes de sus parejas como violentas, lencia. El grupo B presentó 26 personas sin violencia,
porque solamente 14 mujeres en este grupo frente 15 con un solo tipo, cinco con dos, tres mujeres con
a 39 en el B, la refirieron, pero el número final de tres modalidades de violencia y una con las cuatro.
menciones por modalidad de maltrato fue superior
en el grupo A (73 frente a 51 del B); las mujeres 8. La violencia de cualquier tipo, por grupo de edad,
señalaban como normal el recibir menosprecios y es más frecuente entre los 20 y 29 años, y en ambos
desvalorizaciones; intimidaciones y amenazas; ofen- grupos. No se observan diferencias de importancia.
sas e insultos; amenazas de abandono o de quitar a 9. En cuanto al estado civil, se vio más frecuencia de
las/os hijos; ridiculizaciones o apodos, según el orden violencia familiar en mujeres casadas o unidas, en
de frecuencia. este grupo de mujeres era más frecuente la violencia
5. La violencia económica estuvo presente en el grupo física, le seguía la psicológica en el grupo A y el mismo
A de manera más patente, ya que, aun cuando 25 comportamiento en el grupo B.
de este grupo frente a 22 del grupo B la mencio- 10. En cuanto al nivel de estudios, la mayor frecuencia
naron al inicio, comparativamente, la diferencia se de violencia recayó en quienes habían estudiado
hizo evidente cuando 15 mujeres del grupo A afir- primaria o secundaria, respecto a las mujeres con
maron que no recibían “gasto” (tres veces más que el estudios superiores y aun respecto a las mujeres
grupo B, con cinco mujeres que relataron la misma sin escolaridad.
situación), y sólo seis de este grupo A habían dicho 11. La investigadora identificó que las mujeres que
que no dependían económicamente de sus parejas. habían requerido acudir a terapia intensiva expre-
Por otra parte, se veían expuestas a condicionamien- saban mayor enojo, tristeza y resentimiento hacia
tos de sus parejas con respecto al gasto recibido, e sus parejas por la violencia que habían ejercido contra
impedimento de trabajar y/o explotación económica.
ellas; esta percepción podría deberse a que hayan
vivido previamente mayor violencia, o porque su
situación de salud en ese momento, les hacía vivir
mayor ansiedad y/o miedo.
2011
Género y Salud mayo - agosto
en Cifras Volumen 9 42
Núm. 2