Page 26 - BOLETÍN 8.2 • Género y Salud en Cifras
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dIscusIón
Los hallazgos de este trabajo evidencian que en el in-
terior de los grupos domésticos los hombres entrevis-
tados tenían mejores condiciones para llevar a cabo el
AC de su salud, entre otras razones por su posición de
autoridad frente al grupo, por el control de los recur-
sos económicos, por tener mayor libertad para relacio-
narse con otros hombres de mayor escolaridad que les
proporcionaban información y por tener a su lado a
una mujer, esposa o hija, que les otorgaba atenciones,
especialmente en lo que se refiere a la alimentación,
sin embargo, estas ventajas no se traducían en un me-
jor Autocuidado de diabetes.
En la población de México, durante el año 2000 se re-
porta escasa diferencia en prevalencia de diabetes,
calculada en 7.2 y 7.8 por cada cien hombres y mujeres
mayores de 20 años, respectivamente. La composición
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por sexo del grupo de participantes en este estudio (2.2
mujeres por cada hombre) se interpreta como evidencia
de que los hombres se mostraron reacios a hablar de
sí mismos y de su salud.
En este estudio sólo participan varones de más de 40
años, pero hay mujeres a partir de 30 años de edad,
asumiendo que ellos se demoran más en buscar aten-
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ción médica. El temor al diagnóstico puede ser un
elemento explicativo de esta demora, ya que les signi-
fica una seria amenaza para su vida y función, parti-
cularmente dentro del grupo doméstico, afirmación
que se apoya en que la salud y el autocuidado no juegan
un rol central en la construcción de la masculinidad. 19
Los hombres suelen tener más presión social que las Una vez reconocidos como enfermos, el reposiciona-
mujeres para encarnar el estereotipo dominante de miento de los hombres en el grupo doméstico es gene-
género y sus comportamientos son más arriesgados rador de tensión, temor a lo desconocido, sensación
en diferentes momentos y circunstancias de la vida. de vulnerabilidad, lo que probablemente impulsa su
Rehusar la atención médica y ocuparse de su cuidado apetencia por saber más acerca de la evolución del
se entiende como respuesta a estas presiones; seguir padecimiento. La información que obtienen contiene
las indicaciones médicas les coloca en posición des- elementos intolerables (ceguera, amputación y depen-
ventajosa frente a otros varones, incluyendo al perso- dencia) que anticipan un desenlace fatal expedito, una
nal de salud, que contribuye a reforzar la noción de suerte de sentencia mortal. Probablemente por eso tien-
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que los hombres son, naturalmente, más saludables. den a rebelarse ante las indicaciones médicas, recha-
Aceptar la condición de enfermo implica modificar las zándolas o bien modificando la prescripción del me-
formas habituales de interacción doméstica, su posi- dicamento, sin base en la percepción de mejoría sino
ción se debilita y la autoridad se desvanece ante el gru- en la insistencia por controlar la situación, objetivo que
po doméstico, donde la pareja se percibe como com- no logran. El efecto se acentúa con la limitada partici-
petencia en la provisión del grupo doméstico, que es pación del personal médico, que no se relaciona ade-
su principal referente genérico. 21 cuadamente con las y los enfermos, pues las represen-
taciones sociales de unos y otros son diferentes. 22
24 Volumen 8 • No. 2 Mayo-Agosto
GÉnerO Y saLUD en cifras 2010