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Desde hace cinco años vivo sola en Tlaxcala. El ProIGS es el primero que debe ir, porque
En 2007 ingresé a la Secretaría de Salud y
desde 2008 vine a residir a esta ciudad ya
50
son siete años de eso y he pasado por muchos
aprendizajes. Últimamente me he cuestionado
muchas cosas, ya que cuando doy los cursos
me preguntan si soy madre. En una ocasión,
un padre de familia dijo no entiendo a las
instituciones que nos mandan a educar con
gente que no tiene experiencia de vida ni
madre ni padre es. Ustedes no saben, la vida
es otra cosa”.
Además, cuando acudo a los hospitales, las
y los ginecólogos cuestionan mucho que les
hablo de diversos temas sin haber ejercido la
maternidad.
A pesar de que he tenido la intención de dejar
el programa en varias ocasiones, algo me
sigue deteniendo aquí y quiero ser fiel a lo que
creo y a lo que me ha costado mucho trabajo
rescatar, porque a Igualdad de Género le debo
demasiado, ha sido como un salvavidas para mí.
Es pesado estar en una sociedad machista en
la que todo mundo te señala, por las decisiones
que voy tomando en la vida y después darme
cuenta que ha sido para mi bien.
Por fin encontré mi centro he estado en muchos
lugares, por lo que conozco a muchas personas a
quienes saludo o me detienen para preguntarme
cuándo regreso a darles cursos o talleres. Esa
parte me llena de orgullo, significa que he hecho
las cosas desde lo que creo, siento y pienso, y así
lo he reflejado.
¿Qué hiciste para empoderarte en este proceso?
Sé que puedo hacer las cosas y no me detengo.
Yo no toco la puerta, me paso. En algún
momento me ha causado problemas, pero ya
me conocen. Saben que yo me meto y hablo.
A lo mejor tiene que ver con que pienso que si
no les grito, no me hacen caso. Y sí hablo alto,
mi voz es fuerte y cuando hablo se siente. Soy
segura de lo que digo y creo que también tengo
las herramientas para dialogar y cuando lo
hago es porque me voy a hacer escuchar. No
me quedo callada, pues no soy menos que los
otros programas.
transversaliza y siempre lo digo para que
sus programas funcionen se requiere tener
perspectiva género. No se puede trabajar
sin ello. Y ya me creyeron.
Vislumbrando el futuro
¿Qué planes tienes para ti?
Quiero ser una mujer coherente y dejar huella
en la vida de la gente con la que estoy, porque
he estado a punto de morir en dos o tres
ocasiones. Quiero ser feliz, estar en el lugar
que me permita serlo y dedicarle tiempo a mi
familia y a mí misma, porque es importante
voltearme a ver. Quiero ser flexible, sin dejar
de ser coherente. Ser una mujer decidida.
¿Cómo te ves en cinco años?
Tengo la idea de formar una asociación civil y
trabajar políticas públicas con perspectiva de
género, que eso no lo suelto ni en cinco ni en
diez años. También me gustaría estar en el
Congreso estatal, pues quiero ser diputada.
Obviamente seguiré en la Secretaría de Salud
de Tlaxcala, porque ya tengo mi base, pero
trabajando en la asociación y afiliada a un
partido político.
¿Cuál sería tu balance después de los años que
has trabajado el tema de género?
Soy otra persona, antes no hablaba, era muy
tímida. El género es un parteaguas en mi vida,
era muy insegura y no sentía ningún poder,
juzgaba todo lo que me pasaba, pero a partir
de que empiezo a trabajar esta perspectiva me
independizo. Yo así soy, tajante y decidida, y en
eso tiene mucha influencia el género.
A partir de que estoy en la coordinación del
ProIGS, me reconozco, me veo, me hablo y
me hago escuchar. Y eso lo aprendí aquí, en el
caminar del género.