Page 103 - Catalogo_Arte para Bogotá
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regala. La intrascendencia de esa forma histórica   Podría decirse que la colección exigía pasar como
 de la creatividad privada sólo encuentra su gravidez   un ciego, sin el lazarillo (el terapeuta, valga una
 gracias a la sensibilidad de alguien que la salva   etimología) que relata por dónde ir sin tropiezos
 del olvido, de la destrucción, de la inexistencia. Ahí   gracias a sus señas: el nombre del autor, la técnica,
 el ingenio esguinzado del coleccionista. Ese que   la temporalidad, las nacionalidades, los contextos.
 persigue, ordena, muestra lo que nació para ser   Aquí solo se podía mirar con los ojos, bonito juego,
 caótico, para estar disperso y para desaparecer.  vértigo tremendo, porque el espectador ve pero se
    Artistas muy formados, amas de casa,   siente ciego y no tiene más que la integridad de sus
 adolescentes, niños, desocupados.  Todos dibujan   sentidos para decirse cosas, para apreciar, para
 y establecen un lazo vital, necesariamente efímero,   juzgar, si es que hiciera falta. Al fin, como advertía Le
 con sus creaciones. Y aquí, todo al tiempo, materiales   Corbusier, y al margen de cualquier ley conmutativa,
 plurales, distintas técnicas, diversidad temática, se   “el dibujo puede prescindir del arte” y así arrastra su
 recobró  la  vitalidad  de  ese ejercicio,  “dibujar”,  para   humanidad, la nuestra.
 romper a destajo la noción de entrar a una sala de         La historia paralela, y necesaria, de quien
 exposiciones bajo la sosegada tutela de categorías   puso sus ojos al servicio de esta propuesta está
 tranquilizadoras.   registrada en un pequeño catálogo. El artista Juan
 Mejía, dueño de la colección, escribe allí sobre
    los intercambios, las adquisiciones, el azar y la

                                                                                             Imagen cortesía:  Carlos Ovalle
                   No Hay NaDIE EN CaSa

                   DIBUJOS, GRÁFICA Y OBRA SOBRE PAPEL
                   UNA COLECCION DE JUAN MEJÍA



                   Octubre 27 • Noviembre 16 de 2011
                   Sala de exposiciones
                                                                       Imágenes cortesía:  Natalia Azuero
                   Julio Mario Santo Domingo









                responsabilidad que hay detrás de ella. “Con todo lo
                especial que puedan ser muchos de los dibujos por
                derecho propio, no hay como el conjunto –escribe–
                las relaciones que se establecen entre ellos y la
                posibilidad de compararlos, juntarlos y organizarlos”
                                                               .
                Tiene razón. Su obsesión recuerda la sentencia con
                que Nicolás Gómez Dávila afirmaba que “todo hecho
                es siempre menos interesante que su relato” .
                        Pero, ¿qué relato? el de una experiencia
                compleja por su silencioso reto y sus muchas ramas:
                la del coleccionista (su perspectiva sensible), la de
                los dibujantes, artistas o no, en la intimidad de su
                ejercicio, la del curador rompiendo el orden posible
                y la de uno mismo, abriendo los ojos más allá de
                las  palabras,  entre  las  mil  imágenes  de  la  historia   Imagen cortesía:  Carlos Ovalle
                que tiene que inventar. Un relato libre y personal y
                pasajero. La peregrinación de muchas vidas en
                retazos, volcada en una sala de exposiciones.
 Imagen cortesía:  Carlos Ovalle



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