Page 181 - Biografía de un par de espectros: Una novela fantasma
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EN esta ocasión la tarea de Daniel consistió en ingresar a una realidad alterna.
La historia de los personajes de los cuadros le había gustado mucho, así que
pensó incursionar precisamente en alguno de ellos.
El único problema era que en su casa únicamente había pinturas que
representaban tornillos de dos y media pulgadas. La mayoría de las veces los
solitarios tornillos estaban retratados sobre un fondo plano que los hacía resaltar
muchísimo. En ese tipo de cuadros sería muy fácil ser descubierto, y lo que el
pequeño quería era permanecer un buen rato dentro de otra realidad.
Por fortuna la tarde anterior Luisa había terminado un cuadro que tituló Mil
cabezas de cruz, porque en él se veían, desde arriba, como su nombre lo indica,
mil cabezas de tornillos de cruz.
Daniel pensó que dentro de este cuadro sería fácil pasar desapercibido. Se metió
en él y mandó un tornillo a volar. “Por un rato este cuadro se llamará
Novecientas noventa y nueve cabezas de cruz más una cabeza de niño-
fantasma”, pensó orgulloso al vivir sus primeros momentos en una realidad
alterna.
Sin embargo, la vanidad se esfumó rápidamente porque aquella era una realidad
alterna y todo lo que tú quieras, pero estar parado junto a un montón de tornillos
inmóviles resultó ser la cosa más tediosa del mundo.
En efecto, Daniel se quedó dormido.