Page 170 - El Bosque de los Personajes Olvidados
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—Que estoy muy ocupada amándome a mí misma como para pensar en qué va a
pasar mañana. Tal vez cuando deje de recorrer el cielo con Ilene tenga tiempo de
pensarlo.
—¿Y Rigardo?
—Ahora tomo clases de pociones con él. Después de todo, tal vez sí me vuelva
bruja, aunque supongo que ésa será otra historia, o bueno, otra novela, como
dice usted. Su mamá está muy contenta de que nos llevemos tan bien. Y si uno
aprende a tratarla no da tanto miedo. Lamentablemente creo que les va a tomar
mucho tiempo reconciliarse como familia, igual que a mamá y a papá, quienes
por fin se separaron, y ahora sólo usan lentes para leer, pues ya no esperan
encontrar el amor a primera vista.
—¿Así que no fueron felices para siempre?
—No. Ahora tratan de serlo cada día, y parece suficiente para ambos. Si me
quieren dar padrastro y madrastra está bien; el reino está enterado de que me
cuida una dragona (ya sabe, por la mala fama que se han hecho algunas
madrastras).
—Creo que tus papás van a pensarlo dos veces.
—Parece que sí. Aunque primero tienen que aprender a estar bien consigo
mismos. Tuvieron momentos muy bellos juntos, pero no son el uno para el otro.
Es curioso, pues ellos creían que nadie se daba cuenta, y todo el reino lo sabía.
—Supongo que a veces no podemos ver más allá de nuestras narices, o de
nuestros anteojos, en este caso.
—Es posible…
Por un rato ninguno de los dos escribió nada, tal vez porque a ambos les
desagradaban las despedidas; pero alguien tenía que dar el primer paso y, como
era de esperarse, fue Anjana:
—Bueno, creo que tengo que irme. ¿Podría ser usted quien ponga la palabra
“FIN” así, en mayúsculas, ya que esta historia pasó en su imaginación?
—Claro, aunque hay algo que quiero saber: ¿cuál fue el don único que te dio tu