Page 168 - El Bosque de los Personajes Olvidados
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—Y AQUÍ ESTAMOS AHORA —escribió Anjana—. Muchas gracias a todos
por ser parte de mi historia.
Por supuesto, hubo abrazos que el escritor nunca pudo ver, llanto que el Príncipe
Verde disimuló y por el que Raki lo molestaría durante meses, y una mirada de
complicidad entre Anjana e Ilene.
—Escritor, se encuentra aquí, ¿verdad?
—Sí, aquí estoy.
—¿Y qué le parece? Ya sé que no es lo que quería, pero qué le parece.
—Pues a mí me parece que hay finales que se deciden por sí mismos.
—Entonces podemos intentar llegar así, como somos, con defectos, de color
verde, ni altos ni bajos, y con miedos, a la imaginación de los lectores.
—Yo creo que sí.
—¿Y qué pasa si no les caemos bien? —preguntó Raki.
—Pues va a ser tu culpa por la falta de elegancia para salir de los agujeros en los
que te metes —arremetió el Príncipe Verde.
Nadie hizo ningún comentario adicional, pues el tiempo se acababa. Aunque
llene sí que ahogó una risita y Anjana puso los ojos en blanco y miró al cielo.
—Bueno, a usted le toca poner la palabra “fin”. Y yo creo que nosotros ya nos
vamos —escribió Anjana.
—¿Puedes quedarte un momento más, por favor? —pidió el escritor.
—¡Ay sí, ay sí!, la consentida —exclamó Raki.
—Es obvio, es su historia —escribió el Príncipe Verde.
—Pero todos la contamos.