Page 164 - El Bosque de los Personajes Olvidados
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Enano. Sabía que esos tres personajes eran mi destino; no tengo idea de cómo ni
por qué, pero algo en mí lo presentía.
Al verlos llegar, aguardé desde lo alto. Sus voces eran confusas, pero
comprendía sus palabras:
—¿No podemos hacer esto otro día? —preguntó Raki.
—Ya estamos aquí —dijo el sujeto verde.
—Sí, pero no estamos seguros de qué es lo que tenemos que hacer. Ya te dije que
debe haber un error. Ella es increíble, hemos platicado muchas veces, y no es la
clase de criatura que causa problemas.
—Yo sé lo que hay que hacer, y ya no queda tiempo. Tomar las riendas de
nuestras vidas no requiere un día especial, Raki. Confía en mí y en que todo
saldrá bien. Dices que le teme a la oscuridad, ¿no? —expresó la chica, quien
lucía ligeramente melancólica y desencajada. Su mirada inspeccionó el lugar
hasta que se encontró con la mía. Yo estaba quieta en una ladera.
—Sí, pero si me dejaras hablar con ella antes, es posible que todo salga mejor.
Tal vez es un poco precipitado hacer algo ahora —sugirió el enano.
—Las palabras de Rigardo fueron claras —dijo la joven.
—Exacto —agregó el joven verde, quien al seguir la mirada de la chica me
encontró y, sin decir palabra, desenvainó su espada y la empuñó al cielo. El sol
hizo que la hoja metálica destellara con sus luminosos rayos. Aquella escena me
recordó inexorablemente las últimas palabras de la bruja. Había sangre en
aquella hoja afilada. Entonces no pensé en el origen de la misma, sino en que así
debieron lucir las armas que exterminaron a muchos de los míos. Aquella era, en
parte, la causa de mi soledad. El rencor acumulado durante tanto tiempo se
apoderó de mi cuerpo, de mis emociones.
A pesar de que la presencia armónica que nunca me abandonaba me pedía
detener mi ataque, para cuando me di cuenta me encontraba ya en el aire, en
dirección al joven de verde, y con un calor incontrolable ardiendo en mi
corazón.
El enano Raki gritaba alguna cosa con mi nombre, pero no comprendí qué; mis