Page 159 - El Bosque de los Personajes Olvidados
P. 159
—Éste es mi hogar y todo lo que hay aquí me pertenece, incluida esa flor que
has metido discretamente en el bolsillo.
—¿Cuál?
—La que está justo ahora en tu bolsillo izquierdo.
—Las flores son de todos, no pertenecen a nadie.
—Ya te lo he dicho, éste es mi hogar y, por lo tanto, éstas son mis flores.
—Nadie necesita un valle completo como hogar, salvo que tu familia sea muy
grande.
Pensar en mi familia hizo que mi intención jocosa terminara.
—¡Estoy sola aquí y este valle es sólo para mí, así que váyanse!
—¿Sola?
—Sí, sola.
—Entonces eres una ella y no un él. ¿Cómo te llamas?
—Eso no te concierne. ¡Vete! —le ordené.
—No es justo; yo ya te dije quién soy, pero no sé quién eres tú.
—No tengo por qué decírtelo.
—Entonces eres una señora injusta y poco atenta —dijo el enano cruzando los
brazos y con cara de indignación. El topo, que ya se había recuperado del golpe,
intentó jalar al enano por la parte baja del pantalón.
—Vámonos —le suplicó.
—No nos vamos hasta que la señora se disculpe.
—¡Oh! Nunca llames señora a una mujer hasta no saber si es muy mayor o no —
le recomendó el topo al enano algo alarmado.