Page 78 - Puerto Libre. Historias de migrantes
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Elefantes en el espejo
BUENAS, malas o regulares. Cortadas de cuajo, florecientes o ya sin hojas.
Si uno se pone a seguir el hilo de las madejas que los inmigrantes dejan a su
paso se podrían formar bosques enteros con árboles llenos de tupidas ramas.
Pero esto no es un bosque. Es apenas una ramita, la mía. Aunque hay millones y
millones de otras ramas que todavía andan buscando un árbol al que pegarse,
donde hacer nido, donde florecer.
Esto no es un bosque, pero de lejos parece elefante escondido en una cancha
llena de elefantes.
Esto no es un elefante, es el montón de recuerdos que me llegaron de golpe una
tarde de viernes, gracias a una fotografía de aquellos años donde mi papá sonríe
a la cámara luciendo un suéter negro, de cuello alto, muy adecuado para el
invierno de su soledad, y que, después de tantos años, yo sigo usando. Aunque
sus hilos ya no cubran del frío exterior, pero sí del interno.
Estos no son mis recuerdos: son un objeto en el espejo lateral de un auto en
marcha. Mientras el coche se aleja, los objetos también. Siempre más cerca de lo
que aparentan, pero siempre atrás de nosotros. Resguardándonos de todo lo que
venga adelante. Abriéndoles camino a otros objetos, otros recuerdos, otras ramas
y otros elefantes.