Page 105 - Papá está en la Atlántida
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Tucson
Durante un tiempo me resultó paradójico que una obra mexicana aún no se
hubiera estrenado en su propio país, pero más de dos años después de su estreno
en el extranjero, afortunadamente el momento llegó. Y esta es la historia: casi
desde el primer instante en que busqué montarla en tierras nacionales tuve a una
directora en mente, Sandra Félix, pues conocía su trabajo y me gusta la
sensibilidad con que dirige a los actores. Intenté contactarla, infructuosamente. Y
justo cuando había desistido, recibí una llamada inesperada de la misma Sandra:
alguien le había hecho llegar el texto y quería montarlo. Naturalmente, a tan feliz
coincidencia le dije que sí.
La primera peculiaridad del montaje fue que Sandra Félix descubrió que los
personajes podrían ser muy bien interpretados, no por dos niños, ni por dos
actores (como en los montajes que hasta ese momento había visto) sino por dos
actrices jóvenes (Judith Cruzado y Pilar Villanueva). Y fue una grata sorpresa:
no solo se lograba la verosimilitud (gracias al timbre de las voces y la
constitución física), sino una interpretación muy profesional, gracias a que las
dos muchachas contaban ya con una probada experiencia. Fue tan convincente el
trabajo de las intérpretes que ni los espectadores se daban cuenta de que no se
trataba de actores masculinos (el programa de mano ayudó a mantener la ilusión,
ya que se decidió que solo apareciera la inicial de sus nombres de pila). La
sorpresa venía al final, cuando el público esperaba a “los actores” para
felicitarlos por su gran interpretación y en su lugar aparecían dos chicas de
cabello largo o vistiendo falda.
Otro dato memorable de ese montaje fue que le confirió a la obra un carácter
lúdico: la escenografía (de Philippe Amand) era sumamente colorida y los
diferentes ambientes estaban escondidos en paneles que las propias actrices iban
descubriendo entre escena y escena (en una especie de juego infantil). Este fue el
único montaje que se presentó en horario de matiné, y gracias a ello me di cuenta
de la verdadera comunicación de los personajes con los niños espectadores.