Page 103 - SEGUNDA PARTE DE LA CREENCIAS Y NO CREENCIAS DE LAS RELIGIONRD
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Montgomery, desarmado, no dejó la

        esquirla o pedazo que sostenía aún en
           su mano, sino que, al contrario, lo
        cogió con más fuerza y, al pasar junto
             al Soberano, con aquel tronco
           muñonero fue a chocar contra la
          visera del Rey -la jaula de oro de la
         que había hablado Nostradamus-, la
         levantó en parte y, habiendo hallado
         expedito el camino, fue a clavarse en
          el ojo saliendo trágicamente por el
               oído. Enrique permaneció
        inconsciente durante cuatro días, y al
            cabo de once murió en medio de
                     terribles dolores.
         La profecía de Nostradamus se había
        cumplido punto por punto y el propio
               Rey moribundo la recordó,
         añadiendo que nadie podía hurtarse
                    a su propio estino.
              Tras la muerte de su esposo,
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