Page 93 - LIBRO DE LA SEGUNDA PARTE DE LA CREENCIA DE LA RELIGIONESLISTO
P. 93

Extraordinaria caridad, nadie lo
           ponía en duda; pero de dónde le
         provenía aquel notable poder que le
            distinguía de cualquier otro ser
         humano, nadie, rico o pobre, sabio o
               ignorante, había atinado a
           descifrarlo. Según hemos podido
         observar, Nostradamus nunca dejó

          de ser hombre de su tiempo y, por
         consiguiente, sabía muy bien que los

           severos censores ministros de la
        Inquisición habrían podido averiguar
         fácilmente sus actos e interpretarlos
          Maliciosamente en caso de que los
         rumores y las veladas insinuaciones
         hubiesen sido graves a insistentes o
           hubiesen hallado en sus escritos
            siquiera la más leve sospecha o
           prueba de algo que consideraban
            punible Existían, además, otros
             motivos de justificación de su
   88   89   90   91   92   93   94   95   96   97   98