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Bases psicopedagógicas de la enseñanza y del entrenamiento deportivo II – CFEM
ocurre por la enorme importancia que dan los jóvenes al deporte, de tal manera que los que tengan buenas aptitudes deportivas, serán vistos por los demás como líderes dentro del grupo (véase el quarterback del equipo de fútbol americano).
La autoconfianza es la creencia de los deportistas acerca de sus capacidades para realizar bien/mal una tarea. De esta manera, la autoconfianza aumentará a medida que el deportista perciba que es eficaz para realizar una tarea.
Este aumento/disminución de percepción de eficacia va a venir dado por:
Sus experiencias previas: si cada vez que he tirado un penalti en un partido importante lo he metido, probablemente estaré seguro de que lo voy a meter (y es muy posible que así sea).
La información que reciba del exterior (compañeros, entrenador...): Si antes de tirar ese penalti, el entrenador me dice: “A ver, tuercebotas, lo tiras tú porque los otros 10 están lesionados, pero vamos, que con que no lo tires fuera estoy contento”. Probablemente en esta situación mi autoconfianza no sea muy elevada, con lo que, cuanto menos, es normal que tenga dudas antes de pegarle al balón.
Sus experiencias vicarias (por comparación): Si Jaimito, que es torpe y canijo ha hecho un mate en la canasta de baloncesto, cómo no lo voy a hacer yo, que soy más coordinado y alto que él.
El estado físico: Si soy un licoretas y ayer estuve de copas hasta las 7 a.m. y me piden que acierte en una diana a 30 m. de distancia en todo el centro, probablemente mis expectativas de éxito sean bajas.
La autoconfianza se basa en la percepción de control del individuo sobre la situación. Si el deportista percibe que controla la situación, probablemente tendrá éxito (o al menos afrontará la situación con expectativas de tenerlo). Si no la controla, lo que se produce es la indefensión (canguelillo, vamos).
En psicología, ya que tratamos con personas, resulta complicado hacer ciencia. Esto ocurre porque si yo hago un experimento con un grupo de estudiantes del TD2 de CFEM en Las Rozas, los resultados que se obtienen son válidos para ese grupo. Ni siquiera podríamos decir que fuera válido para todos los roceños, y mucho menos para todos los madrileños, españoles, europeos o para toda la humanidad (esto no son matemáticas, donde sumando 1 + 1 te da siempre 7). Las personas actuamos de manera diferente unas de otras y unos grupos con otros. Para poder hacer ciencia y predecir que algo va a ocurrir, tendríamos que repetir el experimento con diferentes grupos de personas, lo más diferentes entre sí posible. Si después de haberlo pasado a un número elevado de personas los resultados son siempre los mismos (o