Page 4 - ENTRENAMIENTO DEPORTIVO - TEMA 2
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Las células que conforman el tejido óseo son:
1. 2. 3.
4.
Células Osteógenas: son células madre no especializadas con capacidad de división cuyas células hijas resultantes se transforman en osteoblastos.
Osteoblastos: son las células formadoras de hueso. Sintetizan los componentes necesarios para formar la matriz del tejido óseo e inician el proceso de la calcificación.
Osteocitos: Células óseas maduras derivadas de los osteoblastos que quedan atrapados en la matriz del tejido óseo. Mantienen las actividades del tejido óseo como el intercambio de nutrientes o la eliminación de desechos a la sangre.
Osteoclastos: células muy grandes que se concentran en el endostio y destruyen la matriz ósea (proceso normal del desarrollo, crecimiento, mantenimiento y reparación del hueso).
Los huesos son un órgano dinámico que se encuentra en renovación constante: se forma hueso nuevo y desaparece el viejo, de este modo se adapta a las nuevas situaciones.
El ciclo biológico del hueso consta de 3 fases:
1. Reabsorción: eliminación de hueso.
2. Aposición: fabricación de hueso.
3. Reconstrucción interna o remodelado: las 2 fases anteriores actuando armónicamente,
el hueso conserva sus proporciones similares.
El tejido óseo se clasifica en:
Tejido óseo compacto: constituye el 80% del esqueleto aproximadamente. Forma la
capa externa de todos los huesos y gran parte de la diáfisis de los huesos largos proporcionando sostén, protección y resistiendo los esfuerzos producidos con el apoyo y los movimientos. Los vasos sanguíneos, los linfáticos y los nervios provienen del periostio y penetran en el tejido compacto y conectan con la cavidad medular.
Tejido óseo esponjoso: el 20% restante del tejido óseo, consta de trabéculas (laminillas dispuestas en una red irregular de columnas delgadas de hueso) en la que se sitúan los osteocitos. Los espacios que quedan entre las trabéculas de algunos huesos están repletos de médula ósea roja. Constituye la mayoría de los huesos cortos, planos e irregulares, así como en el interior y en una franja delgada en la cavidad medular de las epífisis de huesos largos.
Los huesos a su vez están revestidos de una fina membrana conjuntiva (excepto las superficies articulares y las zonas de inserción de músculos, tendones y ligamentos) denominada periostio, que cumple las funciones de:
Vascularización: permitiendo la alimentación de las células óseas.
Crecimiento en grosor: contiene los osteoblastos, participando por ello en la reparación ósea.
Al ser la única parte con inervación del hueso, le dota de sensibilidad.
De manera similar, la superficie interior del conducto medular y las celdillas del hueso esponjoso están revestidas de otra membrana conjuntiva denominada endostio.
En los orificios de los huesos esponjosos y en la cavidad medular de los compactos encontramos la médula ósea, de la que existen 2 tipos:
1. Médula ósea roja: encargada de la formación de células sanguíneas.
2. Médula ósea amarilla: es inactiva y formada por grasa.
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