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Bases del comportamiento deportivo. Tema 2 – Técnicas de Comunicación y Motivación
EXPRESIÓN FACIAL: Demuestra emociones. Las emociones básicas (alegría, tristeza, miedo, etc....) se representan igual en todas las culturas. Es decir, que tienen un componente genético (un español pondrá la misma cara de alegría que un indígena de Papúa – Nueva Guinea).
MIRADA: Nos puede transmitir ira, nerviosismo, ansiedad, etc....
POSTURA: Será como tenga el individuo que habla o que recibe la información colocado su cuerpo (brazos
cruzados, tensión corporal)
GESTOS: Con estos hay que tener cuidado, ya que dependen de las culturas y los contextos. Por ejemplo, el signo de que normalmente significa “ok”, o “vale”, en el buceo significa quiero subir, con lo que estarías dando a entender lo contrario. En otras ocasiones, el malentendido puede ser mayor como por ejemplo en Oriente Medio.
PROXIMIDAD: Las personas nos relacionamos a diferentes distancias dependiendo de la persona con la que estemos. Así, todos tendremos un espacio personal que será más o menos amplio dependiendo de la persona con la que nos estamos relacionando: pareja, amigo, conocido, compañero de trabajo (en ocasiones, con estos se reduce mucho la distancia...). Esta distancia personal depende mucho de la persona (hay personas que toleran mejor que otras que se les acerquen los demás). También hay diferencias culturales (los países latinos usamos más el contacto físico que los anglosajones).
Como Técnico deportivos tendremos que saber manejar y cuidar mucho estos aspectos, por ejemplo si sabemos que nuestro timbre de voz es agudo, en cuanto que subamos el tono de voz podemos estar comunicando enfado o ansiedad, o si por el contrario nos acercamos a un deportista al hablar demasiado podemos estarle intimidando y en vez de dar la sensación de cercanía que el deportista se sienta intimidado.
2.4. ¿CÓMO COLOCAR AL GRUPO DE DEPORTISTAS PARA MEJORAR LA COMUNICACIÓN?
La disposición del alumnado durante una sesión o entrenamiento va a depender básicamente de tres factores: el espacio del que dispongamos, el número de participantes y el objetivo del entrenamiento. Por ejemplo, no es lo mismo que estemos en una pista de esquí (nos tenemos que parar en un lateral de la pista por lo que la disposición del grupo tendrá que ser lineal, estamos al aire libre y el viento puede dificultar la comunicación, además probablemente muchos participantes lleven casco) a un rocódromo (los deportistas se podrán situar alrededor del entrenador, podrán luego situarse por grupos para practicar y darse feedback, etc.), que tengamos un equipo de fútbol americano con 40 jugadores a que entrenemos a 5 tenistas o que en el objetivo de la sesión pretendamos que aprendan una técnica nueva que únicamente conocemos como entrenadores/profesores y que por lo tanto sólo podemos corregir nosotros o que queramos perfeccionar algo y se puedan dar feedback entre los propios compañeros.
Desde un punto de vista pedagógico, la organización del grupo debe ser un recurso que nos facilite la consecución de los objetivos propuestos para la sesión de entrenamiento así como favorezca las actuaciones del profesor y de los alumnos. Además, debemos tener en cuenta que la organización del grupo condiciona e influye en la comunicación establecida entre el profesor y los alumnos, las interacciones que se puedan producir y el grado de motivación; por lo que contribuye a una mejor eficacia de la clase, sesión o entrenamiento.