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Bases del comportamiento deportivo. Tema 2 – Técnicas de Comunicación y Motivación
Esta lista podría seguir infinitamente, ya que como venimos diciendo a cada uno le motivan cosas distintas. A continuación vamos a diferenciar entre la motivación que viene de mi mismo (motivación intrínseca) y la que me viene de fuera (motivación extrínseca).
Los trabajos que los psicólogos deportivos han realizado para conocer por qué los niños/as hacen deporte, se encuentra que, entre las razones o motivos que manifiestan para esa conducta, en todos los casos aparece pasarlo bien, como principal motivación para dicha práctica. Si queremos interpretar ese “pasarlo bien” deberemos tener en cuenta las edades de los alumnos. Cuando los niños están entre los 0 a 5 años, lo que les interesa es simplemente jugar, por eso el Técnico deportivo que trabaje con niños que se encuentren entre estas edades debe emplear como palanca motivadora el juego en todas sus derivaciones.
Otros motivos que aparecen en las edades siguientes son: estar en forma, mejorar destrezas, hacer algo para lo que se tienen condiciones, formar parte de un equipo... Esto nos indica que a partir de los 6 años los niños quieren mejorar en sus habilidades y sentirse útiles, es decir, llegar a la eficiencia motriz y deportiva pero dentro también de un grupo en el que ser tenido en cuenta. En este caso el Técnico deportivo deberá planificar las sesiones de entrenamiento de manera que los deportistas puedan experimentar los progresos que van consiguiendo en las habilidades motrices y teniendo siempre al grupo como centro de interés.
1.2. MOTIVACIÓN INTRÍNSECA Y EXTRÍNSECA:
Como avanzábamos en el apartado anterior, existen dos tipos fundamentales de motivaciones: la intrínseca y la extrínseca, aunque hoy en día se acepta que ambas interaccionen en la realización de una conducta:
La Motivación intrínseca: el estímulo o motivo parte de uno mismo, se despierta por el propio interés del individuo. Sería cuando el individuo realiza una actividad por el simple placer de realizarla, sin que nadie de manera obvia le de algún incentivo externo. Como ejemplo, tenemos los hobbies, la sensación de placer, la auto-superación o la sensación de éxito.
La Motivación extrínseca: aquella que se provoca por la acción de un estímulo externo, refuerzo, incentivo, etc. Sería cuando lo que atrae al individuo no es la acción que se realiza en sí, sino lo que se recibe a cambio de la actividad realizada. Por ejemplo, reconocimiento social, dinero, comida o cualquier otra forma de recompensa.
Vistos ambos tipos, a lo mejor os ha surgido la duda de si alguno de los dos es más efectivo que el otro. Los estudios que se han realizado acerca de esto, parece que demuestran que, la motivación intrínseca suele ser más útil cuando lo que se busca es que una actividad perdure en el tiempo. Sin embargo, la motivación extrínseca, puede ser muy buena al principio de comenzar una actividad deportiva para crear una rutina (aunque tenga menos perdurabilidad que la intrínseca).
Otra circunstancia que se puede dar es que la aparición de la motivación extrínseca llegue a hacer desaparecer una motivación intrínseca previa. Lo vemos con un ejemplo muy ilustrativo: