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Por otra parte, situaciones como la discapacidad, la dependencia, la adicción a ciertas sustancias, entre otras, hace que las personas partan en desigualdad de condiciones y necesiten de mayores recursos sanitarios, a los que no siempre pueden acceder.
En el medio rural hay también un déficit relevante de servicios públicos sanitarios, que repercute tanto en la asistencia hospitalaria como en el tratamiento y seguimiento de enfermedades.
En cuanto a la dependencia, según la ECV de 2017, un 16,4% de los hogares tiene miembros que necesitan cuidados a domicilio, por ser mayor o por tener una dolencia crónica. En el marco del Sistema de Atención a la Dependencia había 954.831 personas beneficiarias con prestación a 31 de diciembre de 201720 (en 2008 había 228.613 beneficiarios). El 72,23% tienen más de 65 años. En concreto un 17,66% tienen una edad comprendida entre los 65 y 79 años, mientras que un 54,57% tienen 80 o más años. El número de Servicios y Prestaciones Económicas de Cuidados en el Entorno Familiar es de 1.178.011. De esta cifra, dos terceras partes corresponden a Servicios, 792.535, con un 67,28% del total, cuando a 31 de diciembre de 2011 representaban el 54,60%, es decir, se han incrementado en 12,68 puntos porcentuales. Por otra parte, las Prestaciones Económicas de Cuidados en el Entorno Familiar son en la actualidad 385.475, un 32,72%.
En la Encuesta Nacional de Salud el 11,5% de los hombres y el 16% de las mujeres mayores de 65 años referían tener graves limitaciones para las actividades cotidianas, cifras que ascendían al 22,5% y 30,7%, respectivamente, en los mayores de 85 años. Además de esta diferencia de género, existe un gradiente social evidente en cuanto a la prevalencia de situaciones de dependencia en esta población, mostrándose un aumento progresivo del porcentaje de personas dependientes mayores de 65 años según se desciende en el nivel socioeconómico, con un rango que varía entre el 32,45%, en la clase social más favorecida (clase I), y el 56,3%, en la más desfavorecida (clase VI)21
Según el último avance de la evaluación del sistema para la autonomía y atención a la dependencia de 201522, del total de personas beneficiarias con prestación, un 14,4% tiene cuidadores a domicilio, mientras que en un 85,6% se hace cargo la familia. De los que tienen personas cuidadoras remuneradas, el 79% tiene que pagar por dichos cuidados. La respuesta a estas necesidades tiene, así mismo, un importante impacto de género ya que son las mujeres las que desempeñan el rol de cuidadoras lo que en muchos casos les lleva a una sobrecarga de trabajo y puede condicionar su participación en el mercado laboral. Pese a ser mayoritariamente mujeres quienes desempeñan el papel de cuidadoras, en relación con 2007 el número de mujeres que permanecía inactivas por responsabilidades familiares se ha reducido casi a la mitad.
Población gitana. El estado de salud de la población gitana en España es, en general, peor que la del conjunto de la población española, hasta cuando se compara con los grupos con peor
20 Fuente: IMSERSO (2017). Información destacada de la evolución de la gestión del SAAD.
21 Fuente: MSSI (2012). Encuesta Nacional de Salud 2012.
22 Fuente IMSERSO (2016). Avance de la evaluación 2015 del sistema para la autonomía y atención a la dependencia
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