Page 87 - OPOSOCIAL - Estrategia_Prev_y_Lucha_Pobreza_2019-23
P. 87

   SNS (como apunta el gradual incremento del aseguramiento sanitario privado durante los últimos años), lo cual puede constituir una amenaza para las dimensiones social y política de la sostenibilidad de dicho sistema.
El objetivo principal del sistema sanitarios público ha de ser el de funcionar como garante de la protección sanitaria universal y como instrumento de cohesión social y territorial. Esta Estrategia aboga, así, por asegurar la universalidad de la cobertura del Sistema Nacional de Salud. El regreso a la filosofía universalista, inherente a la propia fundación del SNS, constituye una oportunidad clave para institucionalizar de manera permanente este sistema, clarificando el reparto de competencias y responsabilidades entre niveles de gobierno, y abriendo así la puerta a una mejora de los equilibrios de “gobernanza multinivel” y de cohesión del sistema sanitario público.
Además de la preocupación por garantizar la igualdad en el acceso al sistema, las autoridades sanitarias han de avanzar hacia la equidad, identificando y luchando contra las desigualdades en salud y prestando atención a necesidades sanitarias diferenciadas, en particular cuando afectan a los segmentos más desfavorecidos de la población (salud mental, enfermedades crónicas, obesidad, etc.).
El estado de salud de las personas viene condicionado por aspectos biológicos, estilo de vida, condiciones socioeconómicas y consumo de bienes y servicios sanitarios, etc. Las desigualdades sociales en salud son diferencias en salud injustas y evitables entre grupos poblacionales definidos social, económica, demográfica o geográficamente. Buen número de estudios científicos muestran como las desigualdades en salud existentes en toda sociedad (incluyendo aquellas con un sistema sanitario público avanzado como el nuestro) son responsables de un exceso de mortalidad y de morbilidad superior a la mayoría de factores de riesgo conocidos de enfermar. Existe una relación directa y probada entre pobreza, exclusión social y salud, con un importante impacto de género, relación que se retroalimenta mutuamente en una dinámica de causalidad circular (la exclusión social daña la salud y la mala salud puede abocar a la exclusión social). Disminuir las desigualdades en salud para conseguir la equidad efectiva es uno de los retos a los que se enfrenta la sociedad española.
Con objeto de abordar esta situación, las estrategias del SNS incorporan la equidad en salud como principio rector. Esta Estrategia apuesta por garantizar la atención sociosanitaria y el cuidado de la salud de las personas más vulnerables (personas drogodependientes; niños, niñas y adolescentes con discapacidad; minorías étnicas; víctimas de violencia de género; menores de origen inmigrante; personas con VIH en riesgo de exclusión; etc.) basándose en criterios de equidad. La equidad del sistema sanitario público se trabaja, también, desde la capacitación del personal sanitario y otros actores.
La mayoría de problemas de salud infantil están asociados a un gradiente social, de forma que a medida que disminuye la posición socioeconómica del hogar, los menores presentan peor salud. Con objeto de responder a esta circunstancia, la estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el SNS (EPSP) incluye a la infancia como una de sus poblaciones objetivo.
Los embarazos no deseados en la adolescencia y juventud pueden tener importantes implicaciones en el presente y el futuro de las jóvenes. Resulta, por tanto, necesario arbitrar
87
 


























































































   85   86   87   88   89