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Género y deporte – Tema 3: Apoyos para la incorporación de la mujer al deporte
3.- LA ACTIVIDAD FÍSICO-DEPORTIVA COMO GENERADORA DE ACTITUDES Y AVALORES
IGUALITARIOS
Sabemos que a través del proceso de socialización nos “hacemos” tanto mujeres como
hombres, esto implica un proceso prolongado de aprendizaje; y en este aprendizaje los juegos
(y el deporte como actividad lúdica sobretodo en la infancia) tienen un papel importante. El
juego y los deportes infantiles tienen una estrecha relación con la creación de identidades
genéricas y con el desarrollo de una serie de actitudes que permiten familiarizarse con las
claves y experiencias que serán necesarias para la interrelación social humana. Ya hemos visto
en el anterior tema como a través de los agentes socializadores (familia, técnicos deportivos,
compañeros) el individuo aprende a vivir en sociedad y, por tanto, asimila una serie de valores
y comportamientos. Son, por tanto también dichos agentes socializadores, los que
transmitirán la percepción y concepción en cuanto al deporte.
Al observar el comportamiento infantil desde la perspectiva de la coeducación, se
señala que es en el mundo de los juegos donde se observa una mayor separación entre niñas y
niños. Se observa que este comportamiento diferenciado suele ser atribuido a características
de la constitución de niñas y niños: “Las chicas no aguantan nada… al correr enseguida se
cansan y protestan”, “las chicas son muy torpes, se asustan de cualquier cosa”, “no sé si seré
capaz de enseñar esto a las chicas, los chicos, sin embargo, aprenderán enseguida”. Por su
parte se atribuye a la forma de ser de los chicos un comportamiento y respuesta limitado en
los juegos y ejercicios de relajación o gimnásticos que requieren ritmo, flexibilidad y agilidad.
Como agentes socializadores, deberemos observar (empezando por auto observándonos)
cualquier comentario o comportamiento que alimente esta creencia. No podemos olvidar que
cada deportista es único, independiente de unas supuestas aptitudes más relacionadas con un
género o con otro. Como técnicos deportivos deberemos favorecer la integración de todos los
miembros del grupo, evitando cualquier prejuicio que favorezca la transmisión de valores
discriminatorios (tanto de género como de cualquier otro tipo).
Por tanto, debemos aprovechar el poder educativo del deporte para por un lado
favorecer la integración de la mujer en el campo deportivo (tanto a nivel de número de
participantes como integración en deportes que en la actualidad son un grupo minoritario) y
por otro lado transmitir en todos los participantes (tanto mujeres como hombres) valores de
igualdad de género.
Ahora, ¿cómo puedo transmitir como Técnico Deportivo estos valores? Sobre todo los
valores se aprenden a través de la experiencia, por lo tanto como técnicos deportivos tenemos
ante todo que favorecer un clima de confianza dónde el deportista pueda expresarse como
individuo y no para expresar su identidad de género, donde se le marcan unos objetivos
alcanzables y realistas (en función de sus aptitudes personales y no de estereotipos de género)

