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5.2. IMPLANTACIÓN DE UN SISTEMA DE CALIDAD
La finalidad de implantar un sistema de calidad es la de satisfacer al/la
cliente/a. Por ello, uno de los puntos a tener en cuenta es la de saber
gestionar y tratar debidamente las quejas y reclamaciones de éstos últimos.
Pero ¿por qué debemos realizar tal gestión? Entre las desventajas aparecen
el tratar y manejar temas que son molestos, una inversión en personas y
medios.
Las ventajas son evidentes y éstas superan con creces a los pocos
inconvenientes. A continuación, se relacionan algunos ejemplos:
• Si la entidad busca la Excelencia a través de la Calidad Total
enfocándose en la satisfacción del/la cliente/a, ¿qué aspecto tiene
una relación más directa y negativa con ella que una insatisfacción
clara y personalmente indicada mediante una queja? En algunas
culturas, como la japonesa, se considera que una queja es un
“tesoro”, puesto que detiene la actuación normal de la organización.
Estas denuncias siempre suponen información muy valiosa sobre lo
que no estamos haciendo bien y cuyo tratamiento nos facilitará la
detección de áreas problemáticas, obligándonos a centrarnos más
en nuestros públicos y en crear o mejorar una estrategia para
detectar, corregir y prevenir errores.
• El realizar una activa y eficaz gestión de las denuncias, reforzará y
mejorará la imagen externa de la organización y su evaluación debe
integrarse en los parámetros que miden su Coste de No Calidad.
• La queja o reclamación es la última oportunidad que el/la cliente/a
concede a la entidad antes de abandonarla para siempre y, además,
convertirse en alguien que será un transmisor de su “mal hacer”. Si
el/la cliente/a reclama a una organización es que todavía confía en
ella.
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