Page 14 - Los 3 Regalos Final
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El AULA DE LAS VIDAS


               Esta  aula  había  sido  creada  para  entrenar  a  las  almas  recién  nacidas,  para  que  ellas
               comprendieran  las  diferentes  realidades  de  los  universos  multidimensionales.  Allí
               encontró  muchas  otras  almas  que  también  entrenaban  como  ella,  dedicándose  a
               diferentes tipos de dimensiones y vidas. Ellas también enfrentaban diferentes desafíos y
               lecciones, y Ánima sintió una inmediata conexión con todas. Como si todas tuvieran un

               vínculo que las enlazara entre sí.
                  Mientras más flotaba por la intrincada y gigantesca aula, más comenzaba a recordar
               su verdadero pasado. Podía ver en el ojo de su mente el momento en que nacía, cómo
               había sido creada gracias a aquella luz brillante y poderosa. ¡La energía del creador!
                  Ánima comprendió que la luz que había visto cuando se despertó antes de su primera
               prueba había sido su nacimiento. Ahora recordaba la realidad, que había sido creada

               mediante un intenso amor más allá de su propio alcance y comprensión. Era un bello
               amor incondicional que la llenaba de alegría, la hacía sentir que pertenecía a este mundo
               y que podría alcanzar cualquier obstáculo que enfrentara, gracias a su creador.
                  Aquella luz que había creído era el sol era mucho más que una estrella. Era el amor
               puro y poderoso de su creador, la luz que le había otorgado el regalo de la vida y que la
               acompañaba en sus momentos más oscuros. Ahora estaba agradecida y honrada de haber
               recibido tan increíble obsequio sin hacer nada para obtenerlo.

                  Tras  unos  instantes,  Ánima  encontró  al  guía  que  le  ayudaría  a  comprender  las
               lecciones que aprendería en aquella aula. Era un ente de absoluta luz, un ángel bello y
               sonriente, que la hacía sentir segura y protegida. Sus alas eran blancas como la nieve, su
               aura dorada, sus ojos azules, se mantenía a su lado mostrándose inofensivo. Eran los tres
               colores de los maestros que había conocido en la primera parte de su viaje, y Ánima sabía
               que no era una coincidencia.
                  –Pequeña alma, bienvenida seas –decía–. Se te asignaron tres pruebas anteriormente,

               que tu ayudarían a alcanzar un estado de iluminación superior; sé que las pruebas son
               duras, pero créeme que son necesarias. Debes vivir y transitar estos desafíos. Te ayudarán
               a valorar el gran regalo que te  dio  el creador: tu vida. Estas pruebas funcionan para
               prepararte  y  ayudarte  a  usar  las  habilidades  que  aprendas  en  tu  vida  una  vez  que
               obtengas tu entidad física, tu cuerpo. La voluntad, mente y consciencia son habilidades
               fundamentales  para  cualquier  ser  humano.  Cuando  llegues  a  la  tierra  olvidarás  por
               completo que eres un alma y creerás que eres un simple ser humano, pero estas lecciones

               quedarán por siempre inscriptas en tu corazón, tu mente y tu ser entero.
                  Ánima escuchó a su guía con atención, asustada pero esperanzada a la vez.
                  –¿Por qué me considera un alma? –preguntó al ente.


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