Page 5 - Manual taller_Desarrollo personal
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En el templo de Apolo en Delfos, estaban inscritas las palabras “Conócete
a ti mismo”. Platón dio difusión a esta frase en sus Diálogos recordándonos
la importancia de, antes de tomar una decisión, buscar en nuestro interior.
Conócete a ti mismo, no es solamente un mensaje de los dioses, no es un
consejo o una recomendación, es una necesidad para poder afrontar la vida
y pensar en el futuro. En el sentido que Platón y los griegos daban a esta
frase, conocerse a uno mismo implica poder gobernar la propia vida, hacer
introspección para ser una persona reflexiva y desde el autoconocimiento
tomar decisiones.
En este camino de autoconocimiento vamos a explorar el autoconcepto,
como lo formamos, como nos percibimos y por ello como nos valoramos y
como lo diferenciamos de la autoestima.
1. AUTOCONCEPTO
Shavelson, Hubner y Stanton, (1976) definieron el término autoconcepto
como: “las percepciones del individuo sobre sí mismo, las cuales se basan
en sus experiencias con los demás y en las atribuciones que él mismo hace
de su propia conducta, así como el concepto que el individuo tiene de sí
mismo como un ser físico, social y espiritual”.
Es, por tanto, la imagen u a opinión que una persona tiene sobre sí
misma, la cual, lleva asociado un juicio de valor.
El autoconcepto global positivo es una autodescripción basada en juicios
de valor satisfactorios.
Vera y Zebadúa (2002) define el autoconcepto como la consideración de
una necesidad humana profunda básica para la vida sana, para el buen
funcionamiento y para la autorrealización, relacionándose así, con nuestro
bienestar en general.
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