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Los  grupos  mencionado  arriba  son  los  que  entraron  en

                  Europa  por  el  rio  Danubio,  y  que  son  los  que  se  les  llamó

                  Egipcianos.  Muchos  gitanos  españoles,  parece  ser  que

                  descienden del grupo del Duque Mihali.


                        Según  Teresa  San  Román,  el  primer  documento  que  se
                  conoce,  justifica  que  los  gitanos  entran  en  España  en  1.415.

                  Según un documento del rey Alfonso V, de fecha 6 de junio

                  del  1432  en  Barcelona,  se  concede  un  salvoconducto  a

                  Thomás  de  Sabba,  peregrino  mendicante,  que  se  dirige  a

                  Santiago de Compostela.


                        El 23 de mayo de 1.435, llegó al puesto fronterizo español
                  de    Canfranc  por  el  paso  de  Somport,  y  se  presentó  a  las

                  autoridades  como  el  muy  honorable  y  distinguido  Tomás,

                  conde  del  Pequeño  Egipto  muy  honrado,  con  su  pueblo,  y

                  además  de  sus  caballos,  llevaba  trajes  de  seda  y  de  brocado,

                  oro, plata y muchos otros artículos, por los cuales debía pagar
                  peaje. El cobrador de peaje y aduanas de la ciudad de Jaca y

                  del  puesto  fronterizo  de  Canfranc,  exigió  el  pago,  pero  el

                  honorable  conde  declaró    que,  él  y  su  gente,  hacían  una

                  peregrinación por el mundo a favor de la  fe cristiana y que, el
                  entonces  reinante  y  muy  distinguido  príncipe  y  señor  don

                  Alfonso rey de Aragón, les había otorgado permiso para pasar

                  a  voluntad  suya  por  sus  tierras  y  reino,  con  todo  su

                  acompañamiento  y  con  su  familia,  libremente  y  sin  pago  de
                  ningún peaje ni impuesto alguno, tal y como podía verse en las

                  cartas patentes otorgadas por el susodicho rey que portaba y la

                  cual una copia, había sido hecha en el pueblo de Montalbán,

                  en un pergamino debidamente sellado.


                        Por  desgracia,  una  de  las  hojas  del  documento  se

                  encontraba  en  blanco,  y  la  otra  se  había  perdido,  pero  el
                  resumen  final  decía  lo  que  sigue:  "El  rey  Alfonso  manda  a


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