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Aquí vemos que familiares están incinerando al muerto
“Si quien ha muerto es un hombre, el encargado de
prender el fuego es el hijo mayor; si es una mujer, es el hijo
menor o el marido. En cualquiera de los casos, el doliente se
debe afeitar la cabeza dejándose sólo un pequeño mechón en
la parte de atrás y cambiar sus ropas por una túnica blanca.
Quienes no pueden pagar la leña, son arrojados al rio sin
incinerar, pero obviamente, su llegada al Nirvana y posterior
reencarnación se retrasa.”
Estas prácticas, según algunos tienen una antigüedad de
3.200 años, es decir desde 1.200 A.C.
Podríamos mencionar muchos detalles culturales que
demuestran la diferencia abismal entre la cultural India y la
gitana, de hecho, no hay ni siquiera un punto de semejanza.
Sin embargo, cuando la comparamos con la cultura judía o
Bíblica, encaja sin lugar a dudas.
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