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grande    como     antes, pues han       edificado     muchas viviendas a         su

                  alrededor, pero       aun   así es grande.       En   esa  plaza   era   donde    se
                  celebraban      las  ferias,   donde cada uno ponía a la venta sus

                  burros, mulas,       caballos    etc.  También       se  instalaban    los  circos,

                  atracciones como la noria, los caballitos, la ola, etc.


                         Los gitanos que        venían    a  la  feria  desde diferentes partes

                  de   la  mancha, la      mayoría     venían    con   toda su     familia.   Yo   los

                  veía   venir,  cuando       se aproximaba las          fechas    de la feria      de
                  bestias.   A  veces   iban   en   grupo    de  varias   familias, y otras,      una

                  familia sola.


                         Cuando      iban   por los    caminos, llevaban         sus  burros     y  los

                  niños    montados      en   ellos: Los mayores incluido            la  madre    y  el

                  padre, iban      los  primeros     guiando los      burros    y  el resto, detrás

                  de   ellos.  El padre      solía   llevar   una   garrota    o  una    vara   en la
                  mano.


                         Llevaban lo esencial para poder subsistir; botijos, cantaros

                  para el    agua,   algunos     cacharros     para poder       cocinar,     algunas

                  sábanas,    mantas y colchones vacíos, porque                 los colchones       no

                  podían      llevarlos    llenos    ya    que  abultarían  demasiado.             Lo

                  primero     que hacían      cuando     llegaban    a una ciudad,       era  buscar
                  paja en las eras para llenar los colchones y así poder dormir, Y

                  una   vez que     la  feria llegaba a su     fin,   vaciaban    los  colchones      y

                  se marchaban a otra ciudad. Allí realizarían el mismo proceso,

                  y así sucesivamente, otras veces simplemente                   una   manta    en   el

                  suelo y a dormir.


                         Recuerdo una de las veces en que una familia gitana llegó
                  a  Torrijos,  días  antes de          que   comenzara        la  feria.  Estos  se

                  instalaron junto a una pared de la plaza, y de pronto comenzó

                  a llover. Era una lluvia fina pero intensa, de las que calan hasta




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