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EL CONEJITO COMILÓN






        Tato era un conejo muy tragón, por eso le
        llamaban “Conejito Comilón”. El conejo
        Tato se había puesto gordo de tanto                       Aquí un rato. Aunque deberías probar este
        comer, y casi no se podía mover.                          invento, verás que es un gran
                                                                  descubrimiento.
        Sus amigos le decían:
        -Muévete, conejo Tato. ¿O es que sólo te                  El conejito Tato pensó que podría probarlo,
        levantas para coger un plato?                             a ver si la máquina esa conseguía algo.
        -Hay que ver, este Conejito Comilón, que                  -Vale, amiga hada, acepto tu aparato, pero
        más que un conejo parece un balón.                        antes debemos hacer un trato.
                                                                  -Lo sé, amigo glotón, antes quieres comer

        Al conejo Tato no le gustaban estas                       un melocotón. Comerás todos los que
        bromas, pero a él le encantaba comer a                    quieras, y también manzanas, sandías y
        todas horas.                                              peras.
        -¿Qué puedo hacer? - lloraba el conejo
        Tato-, si yo comiendo me paso el rato.                    Tato se comió la fruta que el hada le dio, y
                                                                  estaba tan buena que enseguida se animó.
        Al oír sus llantos apareció un hada, y le
        dijo al conejo, con voz aterciopelada:                    -Cumpliré con mi palabra y probaré tu
        -No llores, conejo Tato, que tengo yo un                  aparato, a ver si adelgazo como cuello de
        aparato con el que te puedo ayudar. Si                    pato.
        quieres, podrás adelgazar.                                -Habrá que ir a por él, pues no la he
                                                                  traído. Vivo al fondo del bosque, ¿te
        -Pero yo quiero comer, hada bonita. ¿No
        podrías hacer un truco con tu varita?                     importaría hacerme un favorcillo? Vete a
        Parece que Tato no tenía ganas de dejar                   buscarlo, majete, y
        de comer. Algo se le ocurrirá al hada,                    así mueves el culete.
        vamos a ver.
        -Puedes seguir comiendo lo que quieras,                   El conejo Tato se fue
        comilón. Haz una prueba, no te hagas el                   muy contento.
        remolón.                                                  -Enseguida vuelvo,
                                                                  tardo un momento.
        Pero Tato está cansado y hambriento, y le
        pide al hada que espere un momento.                       Pero cuando llegó no
        -No te preocupes, conejo Tato, yo espero                  encontró nada.

                                                                  -¡Qué raro! Esta hadita está muy
                                                                  despistada.


                                                                  El conejo volvió donde estaba su amiga.

                                      Institución educativa Antonio José Camacho. Facultad de educación a distancia y virtual.
                                                                                      Licenciatura en pedagogía infantil.
                                                                                                                2020
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