Page 135 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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los  Siete  Gobernadores.  Estas…  Oh,  Hermes,  son  las  siete  razas,  especies  y

       ruedas.
            De esta manera se generaron los siete hombres. La tierra era el elemento

       femenino y el agua, el masculino: del fuego y el éter recibieron sus espíritus, y

       la Naturaleza hizo los cuerpos según la especie y la forma de los hombres. Y el

       hombre recibió la Vida y la Luz del Gran Dragón y de la Vida se hizo su Alma
       y de la Luz, su Mente. Por consiguiente, todas estas criaturas complejas, que

       contienen la inmortalidad pero son partícipes de la mortalidad, siguieron en tal

       estado durante un período. Se reprodujeron a partir de sí mismas, porque cada

       una era masculina y femenina. Sin embargo, al finalizar el período, el nudo del
       Destino se desató por la voluntad de Dios y el lazo de todas las cosas se aflojó.

            Entonces,  todas  las  criaturas  vivas,  incluido  el  hombre,  que  había  sido

       hermafrodita, se separaron y los machos se volvieron diferentes y las hembras
       también, según los dictados de la Razón.

            Y Dios habló a la Palabra Santa que estaba dentro del alma de todas las

       cosas  y  le  dijo:  «Seguid  creciendo  y  multiplicaos  en  multitudes,  todos
       vosotros, criaturas y pericias mías. Que quien esté dotado de Mente sepa que

       es  inmortal  y  que  la  causa  de  la  muerte  es  el  amor  al  cuerpo  y  dejad  que

       aprenda todo lo que hay, porque quien se reconoce a sí mismo ingresa en el

       estado del Bien».
            Y  después  de  que  Dios  dijera  esto,  la  Providencia,  con  la  ayuda  de  los

       Siete  Gobernadores  y  la  Armonía,  reunió  los  sexos,  hizo  las  mezclas  y

       estableció las generaciones y todas las cosas se multiplicaron según su especie.

       «Quien comete el error de apegarse y ama su cuerpo se queda deambulando en
       la oscuridad, consciente, y sufre las cosas de la muerte, mientras que quien se

       da cuenta de que el cuerpo no es más que una tumba para su alma asciende a

       la inmortalidad».



       Entonces  Hermes  quiso  saber  por  qué  había  que  privar  a  los  hombres  de  la
  inmortalidad solo por cometer el pecado de la ignorancia y el Gran Dragón respondió:

  «Para los ignorantes, el cuerpo es lo más importante y son incapaces de darse cuenta
  de que llevan dentro la inmortalidad. Como solo conocen el cuerpo, que está sujeto a
  la muerte, creen en la muerte, porque adoran la sustancia que es la causa y la realidad
  de la muerte».

       Entonces Hermes preguntó cómo van hacia Dios los justos y los sabios, a lo cual

  Poimandres respondió: «Lo mismo que dijo la Palabra de Dios lo repito yo: “Porque
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