Page 751 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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de las columnas de Hércules y cuyos ideales para una nueva civilización se expresan
espléndidamente en el sueño utópico de la Nueva Atlántida. ¿Habrá sido sir Francis
Bacon un segundo Prometeo? Su gran amor por la gente del mundo y la piedad que le
producía su ignorancia, ¿lo habrán hecho bajar el fuego divino del cielo, oculto en el
contenido de una página impresa?
Es muy probable que las claves del enigma baconiano se encuentren en la
mitología clásica. Quien comprenda el secreto del dios de siete rayos entenderá el
método empleado por Bacon para lograr su obra monumental. Asumió alias en
función de los atributos y el orden de los miembros del sistema planetario. Una de las
claves menos conocidas —aunque más importantes— del enigma baconiano es la
Tercera Edición, publicada en París en 1637, de Les Images ou Tableaux de platte
peinture des deux Philostrates sophistes grecs et les statues de Callistrate, de Blaise
de Vigenere. La portada de este volumen —que, como indica el nombre del autor
cuando se descifra correctamente, fue escrito por Bacon o por su sociedad secreta o
siguiendo sus indicaciones— es un cúmulo de símbolos masónicos o rosacruces
importantes. En la página 486 aparece una ilustración titulada «Hercules Furieux», que
muestra una figura gigantesca sacudiendo una lanza y, en la tierra a sus pies, se ven
desparramados varios emblemas curiosos En su extraña obra, Das Bild des
Speershüttlers die Lösung des Shakespeare-Rätsels, Alfred Freund trata de explicar el
simbolismo baconiano del Filóstrato y da a entender que Bacon es el Hércules
filosófico, a quien el tiempo revelará como el auténtico spear-shaker [197] , o «Shakes-
peare».