Page 747 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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una sola letra?».
Los rosacruces y otras sociedades secretas del siglo XVII transmitían referencias
criptográficas por medio de filigranas y los libros que supuestamente contenían
cifrados baconianos suelen estar impresos en papel con la Migraña rosacruz o la
masónica: a menudo aparecen varios símbolos en el mismo libro, como la Rosa Cruz,
urnas, racimos de uvas y otros.
Tenemos a mano un documento que puede resultar una clave notable para
descifrar un cifrado que comienza en Cimbelino. Que se sepa, nunca ha sido
publicado y solo se aplica al Folio de 1623 de las obras de «Shakespeare». El cifrado
es un recuento de líneas y palabras que tiene que ver con la puntuación, sobre todo
con los signos de exclamación largos y cortos y los signos de interrogación rectos e
inclinados. Henry William Bearse descubrió esta clave en 1900 y su naturaleza exacta
se hará pública cuando haya sido verificada a fondo.
No cabe ninguna duda razonable de que la Orden Masónica es fruto de las
sociedades secretas de la Edad Media y tampoco se puede negar que la masonería está
impregnada del simbolismo y el misticismo del mundo antiguo y el medieval. Sir
Francis Bacon conocía el verdadero secreto del origen masónico y hay motivos para
sospechar que ocultó lo que sabía en cifrados y criptogramas. No hay que considerar a
Bacon solo como hombre, sino, más bien, como el centro en el que convergen una
institución invisible y un mundo que nunca fue capaz de distinguir entre el mensajero
y el mensaje que promulgaba. Después de redescubrir la sabiduría perdida de todos
los tiempos y temiendo que el cono cimiento se volviera a perder, esta sociedad
secreta lo perpetuó de dos maneras: 1) mediante una organización (la masonería), a
cuyos iniciados reveló su sabiduría en forma de símbolos, y 2) introduciendo sus
arcanos en la literatura de la época, mediante claves y enigmas ingeniosos
Existen pruebas de la existencia de un grupo de Fratres sabios e ilustres que
asumieron la responsabilidad de publicar y preservar para las generaciones futuras lo
más selecto de los libros sagrados de los antiguos, junto con otros documentos que
ellos mismos habían preparado. Para que los miembros futuros de su fraternidad
pudieran no solo identificar aquellos volúmenes, sino también fijarse enseguida en los
pasajes, palabras, capítulos o partes significativos que contenían, crearon un alfabeto
simbólico de diseños jeroglíficos. De este modo, mediante una clave y un orden de
terminados, se ayudaba a las personas más perspicaces a encontrar la sabiduría que
permite al hombre «resucitar» a una vida iluminada.
La tremenda importancia del misterio baconiano se nota cada vez más Sir Francis
Bacon fue un eslabón en aquella gran cadena de mentes que ha perpetuado la doctrina