Page 88 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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después de analizar el siguiente extracto de The Gnostics and Their Remains de C. W.

  King: «No cabe la menor duda de que la cabeza de Serapis, cuyo rostro manifiesta una
  majestuosidad  grave  y  meditabunda,  proporcionó  la  idea  inicial  para  realizar  los
  retratos convencionales del Redentor. Los prejuicios judíos de los primeros conversos
  eran tan poderosos que podemos estar seguros de que no se hizo ningún intento de

  representar Su semblante hasta varias generaciones después de que murieran los que
  lo habían contemplado en la tierra».

       Serapis fue usurpando poco a poco las posiciones que antes habían ocupado otros
  dioses egipcios y griegos y se convirtió en la divinidad suprema de las dos religiones.

  Su poder continuó hasta el siglo IV de la era cristiana. En el año 385, Teodosio, futuro

  exterminador de la filosofía pagana, publicó su memorable edicto De Idolo Serapidis

  Diruendo, Cuando, en cumplimiento de esta orden, los soldados cristianos entraron
  en el Serapeum de Alejandría para destruir la imagen de Serapis que llevaba siglos

  allí, su veneración por el dios era tan grande que no se atrevían a tocarla, por temor a

  que  la  tierra  se  abriera  bajo  sus  pies  y  los  tragara.  Al  final,  venciendo  su  temor,

  echaron por tierra la estatua, saquearon el edificio y, por último, como digno punto
  culminante  de  aquel  ataque,  quemaron  la  magnífica  biblioteca  situada  en  los

  majestuosos  aposentos  del  Serapeum.  Varios  escritores  han  registrado  el  hecho

  sorprendente de que se hallaran símbolos cristianos entre las ruinas de los cimientos
  de aquel templo pagano. Sócrates, un historiador de la iglesia del siglo V, declaró que,

  después  de  que  los  piadosos  cristianos  arrasaran  el  Serapeum  de  Alejandría  y

  dispersaran los demonios que vivían allí disfrazados de dioses, ¡encontraron bajo los

  cimientos el monograma de Cristo!
       Dos citas confirmarán aún más la relación entre los Misterios de Serapis y los de

  otros pueblos antiguos. La primera procede de The Simbolical Language of Ancient

  Art  and  Mythology  de  Richard  Payne  Knight:  «Por  consiguiente,  Varrón  [en  La
  lengua  latina]  dice  que  Coelum  y  Terra,  es  decir,  la  mente  universal  y  el  cuerpo
  productivo, eran los grandes dioses de los Misterios de Samotracia y que coinciden

  con  el  Serapis  y  la  Isis  de  los  egipcios  posteriores,  el  Taautos  y  la  Astarté  de  los
  fenicios y el Saturno y la Ops de los romanos». La segunda cita está tomada de Moral

  y dogma del rito escocés antiguo y aceptado de Albert Pike: «A vos —dice Marciano
  Capella en su himno al sol—, los habitantes del Nilo os adoran como Serapis y Menfis
  os venera como Osiris; en los ritos sagrados de Persia sois Mitra; en Frigia, Atis; Libia
  se inclina ante vos como Amón y la Biblos fenicia, como Adonis; de modo que el

  mundo entero os adora con nombres diferentes».





  Los misterios odínicos
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