Page 253 - [1library.co] l la era de las maquinas espirituales kurzweil
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La realidad de los empleos perdidos suele ser más impactante que
nuevas y lejanas indus- los sin- Nosotros dijimos que la nueva tecnología empresas que antes un argumento no fue cosas, alimentará la ex- demuestran con estadísticas Comparable es el cambio que ha habido en el po- 251
promesa indirecta de nuevos empleos en trias. Cuando las agencias de publicidad empezaron a utiliza~ tetizadores Kurzweil para crear bandas sonoras para anuncios de te- levisión antes que contratar músicos vivos, el sindicato de músicos no se sintió ciertamente feliz. de música por ordenador era beneficiosa para los músicos porque ha- música. Por ejemplo, las excitante la habían utilizado música orquestal pregrabada
la más cía tizador. Dado el ban sindicados. ce entender que la pansión en el día de hoy.2J
bril aparecía misteriosamente dañado, todo sospechoso de sabotaje
tra las máquinas la mayor parte de la violencia, en ese mismo año se
rompió accidentalmente dos máquinas de una fábrica textil a causa
Ln hllhilidad de las múquinas para desplazar el empleo humano
dad secreta y organizaron la guerrilla urbana. Lanzaron amenazas y
testaban: «¿Quién? El general Ned Ludd, por supuesto.» Aunque
En medio de ef.te torbellino hizo su aparición un hombre joven y
Aunque fracasaron en la creación de un movimiento sostenido y
me<.lio <.le vida de los tejedores acabó de un modo abrupto. El poder
leyenda, por nuevos
tolerancia para con los luditas y el movimiento se disolvió
produjeron una serie de acciones sangrientas. El gobierno tory puso
con el encarcelamiento y el ahorcamiento de miembros prominentes
viable, los luditas se mantuvieron como un símbolo poderoso, dado
cola. Hoy, esa proporción ha caído a cerca del tres por ciento. 19 De
poco les habría servido a los granjeros de cien años atrás saber que
máquinas siguieron desplazando a los trabajadores. Como
nado su modo de vida. A los tejedores no les servía de consuelo que
pleo, digamos que a comienzos del siglo xx, alrededor de un tercio
En 1812, los tejedores, desesperados, constituyeron una socie-
económico pasó de las familias tejedoras a los propietarios de las má-
exigencias a los propietarios fabriles, muchos de los cuales accedie-
ron a lo que se les pedía. Cuando se les preguntaba por su líder, con-
uno de los tantos ejemplos del efecto de la automatización en el em-
de la población de Estados Unidos se dedicaba a la producción agrí-
no era un ejercicio intelectual para los luditas. Habían visto trastor-
en un principio los luditas, como dio en llamarseles, dirigieron con-
de su torpeza. A partir de ese momento, cada vez que un equipo fa-
rar y vender las nuevas máquinas. No había programas gubernamen-
se crearan lluevoS y mús lucrativos empleos para diseñar, manufactu-
tales para reconvertir a los tejedores en diseñadores industriales.
mentecato de nombre Ned Ludd, quien, como quiere la
compensados industria electrónica, o que sus descendientes
finalmente serían se convertirían en diseñadores de software en el Silicon Valley.
decía: «Ha sido Ned Ludd.» perdidos empleasen una f~tura
qumas. a su fin dclll1isl11o. 'S que las empleos sus 250