Page 940 - JUNIO 2024
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En la inmensidad de los sueños me cielas, hasta en los sueños me                            12
                  cielas, y en esta vida me acabas, porque tú eres mi principio y mi fin,
                  mi alfa y mi omega.

                  Me llevas a lo más recóndito de los sueños, a los más secretos de mis

                  anhelos, al paraíso de los muertos, pero estoy vivo, me lo recuerdas
                  cada segundo, me lo haces sentir cada vez que pienso en ti.

                  Te he soñado, te he sentido, te he buscado. Tengo tantos sueños,
                  tantos deseos, tantos anhelos, y que estés siempre a mi lado es mi

                  único deseo. Mi sangre vibra, mi piel fluye, mis ojos oyen, mi boca
                  mira, mis oídos te besan… todo está al revés… yo lo único que quiero
                  es estar contigo.

                  Eres  el  sabor  dulce  de  lo  amargo,  el  aire  fresco  del  verano,  la
                  humedad de la lluvia de polvo, la luz del silencio, la oscuridad del

                  infinito, y sigo aferrándome a ti, sigo amándote hasta los huesos.

                  En los huesos vives, en los huesos estás, en el aire te respiro, en el
                  cielo te miro, en la lluvia me lloras, en la luz me llamas, en el amor me
                  cielas…


                  En  la  inmensidad  de  mis  sueños,  la  solución  es  abrazarte  en  un
                  abrazo, sacarte de un sueño soñado, y solo besarte con un beso.

                  NOS HACEMOS FALTA

                  Mi amor: hoy te escribo para decirte que nos hacemos falta. Somos
                  uno  en  dos,  dos  en  un  sólo  amor.  Sentimos  cada  instante  de

                  sentimientos, compartiendo hasta el último de nuestros deseos.

                  Quiero decirte que te necesito, que eres mi causa de existir, pues vivo
                  por ti.

                  También te digo que te debo cada segundo de felicidad, de sonreír,

                  de mirarte absorto con ilusión. Te debo mi fuerza, mi voluntad y hasta
                  mis pensamientos.

                  Nos hacemos falta, somos dos seres que saben amarse y disfrutar de
                  emociones.

                  Entendemos nuestros placeres: nuestra complicidad nos une y hasta

                  con el silencio nos decimos todo sin necesidad de más.

                  Nada ha cambiado desde el primer instante, desde la primera mirada
                  y palabra que nos unió. Seguimos siendo sólo uno.
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