Page 954 - JUNIO 2024
P. 954

necesidad que tengo de escuchar tu voz, si tú supieras vida mía que logras                  13
                  unirme con ella tanto a ti, comprenderías que beber de ese momento es lo

                  que amortigua mi soledad y calma la necesidad constante de tu presencia
                  hoy lejana.

                  Aspira profundamente cuando me leas, he impregnado de ti estas palabras

                  cubiertas de seda y azahares conservando una copia en mi almohada para
                  sentir tu presencia mientras me quedo dormido, susurrando…

                  Te cielo.


                  Recibe el corazón de quien te besa dulcemente...

                  Mientras te espero, asomado al balcón del tiempo.

                  Carta para mi amada esposa.


                  Eres mi esposa, pero de ti haré una princesa, porque en ti me apoyo, en ti
                  pienso, en ti confío y en ti veo mi presente y futuro.

                  Llamarte mi esposa, es pensar que te pertenezco, que tuyo es mi corazón,

                  mi vida, mis palabras, mis pensamientos, mis ilusiones, mi felicidad, mi
                  respeto, mis planes y mis proyectos.

                  Y yo soy tu esposo, aquel que estará todo tiempo a tu lado sin pedirte nada

                  a cambio, el que te da todo, mi amor, mi cariño, mi respeto y mi fidelidad.

                  Soy también el que estará a tu lado cuando las tristezas te acechen, aquí
                  estaré siempre para ti, para apoyarte y animarte.


                  Te cielo, esposa mía, por todo lo que eres, te cielo por tu ternura, tu locura,
                  tu amor, tu pasión, tus virtudes y debilidades.


                  Eres mi amiga, no me fallarás, no me traicionarás y no me dañarás.

                  Porque somos los mejores amigos del mundo, tú  me entiendes y yo te
                  entiendo, somos dos en uno, ¿o mejor somos dos que uno?

                  Porque si caigo, tú me levantas y si tú caes, yo te levanto, pero ¡ay de aquel

                  que esté solo, pues cuando cayere, no habrá segundo que lo levante!

                  También  si  dos  durmieren  juntos,  se  calentarán  mutuamente,  más,

                  ¿Cómo se calentará uno solo?
   949   950   951   952   953   954   955   956   957   958   959