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Ven, siente, escucha, vibra, acaricia… enciende y lléname despacio el alma 10
de deseo. Eres la enredadera de amor que me guía por los caminos de densa
bruma llenando mi corazón de alegría… lo cobijas, lo inquietas, lo mimas
al contacto de tus manos y tus labios que parecen serpentinas de colores
subiendo y bajando sobre mi piel, cuando besas mi cuerpo sediento que te
complace en la entrega…
Ven, amor, escucha mi latir, siente mi necesidad de ti, cierra los ojos y
bébeme así… Soy tuyo, tuyo hasta el fin, tuyo hasta mi último aliento.
(Tú me haces amarte cada día más)
Mi querido amor:
Un día cualquiera comencé hacer cartas, esas cartas que parecen eternas,
esas palabras que hablan de nosotros, de ti y de mí.
Afuera llueve y esta estación no se parece a ninguna anterior, es distinta
porque ahora estás tú, siempre tú.
Ya no me hago preguntas, sólo es agua que borrará las distancias que nos
separan, nuestro universo de pronto se oscurece, pero no logra borrar tu
presencia, siempre te buscaré, siempre seremos más que dos locos
enamorados.
El amor hizo su nido en mi espacio, estaba preparada, hacía mucho que
esperaba tu llegada.
Hoy las estrellas tienen otro brillo, hoy todo es diferente, tu amor llega en
todas las formas cósmicas del espacio, hoy cuando todos pueden pensar
que sólo escribo locas letras para ti, pero sé que tú esperas, y yo deseo con
todo mi corazón que leas estas letras.
Escúchame a mí, en esta carta, estoy en cada frase, en cada línea, ahora
cielo cada mes, cada verano que llega siempre con tu nombre.
Llegarás para no extrañarte tanto, para no volver a volar a tientas por la
vida.
Siempre parece ser la primera carta de amor la que te llega por la mañana
cuando nos hemos extrañado tanto por la noche, siempre parece ser la
primera, tú eres una musa constante pero no inclemente, y esta vez es un
mes a ojos cerrados, la lluvia hizo una pausa, cedió su lugar al silencio.