Page 141 - JULIO
P. 141

Hace tiempo que te vi llegar a mi vida, desde entonces fueron muchos los                    15
                  momentos largos y difíciles que hemos pasado, demasiados, tanto que sólo

                  tú y yo lo sabemos.

                  Muchas fueron las veces en que parecíamos dudar de tan grande amor,
                  pues la distancia se empeñaba en hacernos dudar, hoy tengo la certeza de

                  que estamos cerca, una cercanía que nosotros comprendemos aun cuando
                  seguimos separados.

                  Siempre confié en ti, siempre supe que necesitaba tu dulzura en mi vida,

                  supe que no la encontraría en otra parte, sólo en ti.

                  Ahora ha llegado una nueva estación que ya libera nuestras esperanzas,
                  todo parece suavizarse para que por fin superemos las distancias.


                  Pienso en tu amor que quiero para siempre, ese amor que siempre me trae
                  aromas de todos los tiempos, amor con aroma, un amor bello del que hablo
                  en todas las cartas que llegan a ti.


                  Estamos juntos desde entonces, desde nuestras primeras cartas, y pronto
                  vendrá el tiempo de estar juntos al fin.

                  Aguardo la llegada de ese día, el de nuestro beso recíproco.


                  Pronto llegará la hora de contarnos todas nuestras cosas, y desde luego
                  siempre volverán nuestras cartas, las leeremos en otoño y escribiremos
                  más para leerlas en primavera.


                  Te diré que te amé desde siempre, que te esperé, que te extrañé en frías
                  noches, y en mañanas soleadas también.


                  Me dirás que de la misma manera me extrañabas cuando a ti llegaba una
                  neblina que no sabías de dónde provenía, pero ya estaré ahí para abrazarte,
                  para verme en tus ojos, para dejar que transcurra el tiempo sin agobiarnos,
                  que nuestros instantes sean largos, muy largos cuando podamos decirnos

                  -te cielo- casi al unísono y así medios dormidos y con el mismo tono, con
                  la misma voz, con la misma mirada.


                  Sólo tú eres bendición de mi vida, porque una noche cuando ya no soñaba
                  nada bello o ya no recordaba lo soñado… soñé tus ojos, soñé que tu mirada
                  veía al mundo de forma distinta.
   136   137   138   139   140   141   142   143   144   145   146