Page 1537 - JULIO
P. 1537
¡Cómo nos hace el amor...! Nos pone más tolerantes, nos pone más
16
melancólicos, pero a la vez mucho más alegres.
El corazón late de prisa y sonreímos sin que nadie nos vea cuando leemos
nuestras cartas tan amorosas.
Quizás, sólo quizás, para los demás aquello que escribo no tiene sentido, pero
para nosotros lo es todo. ¿Nos amamos, ¿verdad?
Dentro de unos instantes estas palabras llegarán a ti, acudo al llamado de
tus ojos que también me extrañan.
Reconozco tu amor desde lejos, llegó de un futuro prometido como tierra
sagrada para dos, ahora que puedes leerme y ya no eres una destinataria
inexacta de mis cartas, quiero contagiarte la certeza, esta certeza
inexplicable de saber que no faltan años para conocerte y encontrarte.
Siempre estuvo en mí esa certeza de encontrarte, siempre fue profunda
como tu mirada, así de clara, sólo una vez me faltó y por esos días llegaste,
y cambiaste mi vida para siempre.
Esta carta está siendo enviada para no aspirar tu ausencia, ya no quiero
caminos que no me lleven a ti.
Suena la vida por la ventana, suena una canción en los árboles, es el gorrión
que hace una sinfonía con sólo siete notas... quizás no conoces los gorriones,
quizás sí, pero no conoces cómo cantan de este lado del atlántico.
Tampoco sabes que cada vez que vuelves, aunque sea en pensamiento, ese
es un instante mágico.
También me sucede cuando pronuncio tu nombre cada vez que termino de
escribir tus cartas. (Tú me haces amarte cada día más)
Siempre tuya... siempre mío... siempre nuestro.
Desde mi rincón para ti
Te cielo, vida mía, te cielo con toda la fuerza de mi corazón, te cielo con el
alma, te cielo para siempre.
Te cielo vida mía, gracias, muchas gracias por permitirme el amarte día a
día, noche a noche. Te adoro vida mía…
Te cielo tanto…